Capítulo único

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¿Por dónde debería comenzar una historia como la mía? La cual carece de total sentido porque unos pocos la entenderán como la entendimos otros. Soy una persona que ha vivido más años de los que podría contar, sí, es la verdad.

Creo que comenzaré por lo más básico, mi infancia. Es algo que no es ni tan bueno de recordar, ya que no tengo ningún acontecimiento que tenga el privilegio de ser recordado, salvo la vez en que caí y mamá me tomó en sus brazos con una canción de cuna.

Lo otro, es que... Wow, han pasado tantas cosas en mi vida, y también personas, que no sé cómo comenzar. Tal vez... ¡Ya sé!
Sean bienvenidos, les contaré la bonita historia de cómo un ser inmortal como yo, murió.

Todo comenzó una mañana, era una de esas normales, en las que crees que tu día no podría ir de una mejor manera. Me encontraba yo levantándome de mi maravillosa cama con algún que otro quejido a causa de mi adolorida espalda.

Caminé en dirección al baño y me vi en el espejo, aún a veces me era difícil creer que mi cuerpo y apariencia todavía se mantenían a pesar de todos los años que cargaba mi organismo. Me di después una ducha con agua fría, ya que no suelo hacerlo con agua caliente, siento que moriré.

— ¿S-señor Tuan?— La voz proviene de afuera y sé que ya es hora de irme. No, no tengo trabajo, pero es mejor estar todo un día fuera de casa que estar dentro sin hacer nada. Di por entendido que la voz era de la empleada de turno. Al salir, me despedí cortésmente de ella y salí del edificio.

—Disculpa, no es que quiera molestarte, pero, ¿Me indicas dónde queda esta calle?— Otra voz me ha sacado de mis pensamientos, ¿Qué ocurría con todos ese día? Miré a dónde provenía la voz y pude sentir como un calor era instalado en mis mejillas. El chico frente a mí de seguro y no superaba los 23 años, figura esbelta y atractiva, en verdad llamó mi atención a los minutos que lo conocí. —Eh... ¿Hola?— Paseó su mano frente a mi rostro, de seguro tratando de que respondiera su primera interrogante.

—Perdona, ¿Me preguntabas por una calle?— Él asintió y yo le indiqué las calles que debía seguir antes de llegar a su destino, pero por mera coincidencia, termine por pedirle el número de teléfono.

...

Pasaron las semanas y yo seguía en contacto con JinYoung, de hecho, éramos muy buenos amigos, a pesar de llevar poco tiempo conociéndonos, yo sentía que lo conocía de toda la vida, literalmente.

Él me decía y contaba historias que a veces ni yo mismo me creía, y también creo que fue así cómo comenzó a gustarme. Lo necesitaba más, cada vez más, por lo que un día me armé de valor y le pedí una cita.

— ¿Una cita? Ah... Me has tomado por sorpresa Mark, pero me encantaría, de seguro y será muy divertido— Me dio el gusto con una de esas sonrisas que solo le nacen a él, y nuevamente sentí como mi corazón daba uno que otro vuelco.

...

Día de la cita, día en que tiraré por la borda todo mi lado serio, aunque ya no lo tenga desde la primera vez que vi la sonrisa en el rostro de Junior, apodado así por mí, no hay razón, pero me recordaba a una de las personas que conocí en mi niñez, y tenía exactamente el mismo nombre.

Miré de reojo el reloj en mi muñeca y sentí como el cuerpo se me había puesto rígido, eran las 20:24 PM, y JinYoung aún no aparecía... ¿Era normal aquella opresión en el pecho? Contuve las lágrimas de decepción antes de que cayeran y me di media vuelta.

Pero para entonces sentí como alguien me abrazaba por la espalda y dejaba un tierno beso en mi nuca. Justo en ese momento, un escalofrío recorrió mi espalda.

[MarkJin] Mi amor no tan normalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora