Capítulo único

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Odiaba a Jinki, lo odiaba en verdad. Que no haya llegado el brujo o bruja no era el problema, el problema era que lo habían obligado a él a vestirse como uno. Era totalmente irracional y un daño a su masculinidad en todas las formas existentes y posibles. Pero a pesar de que se había negado en su totalidad bajo un montón de amenazas de golpes y hematomas, que fueron ignorados vilmente cabe agregar, además de desafiar a su amigo diciéndole que podía arruinar todo lo que había planeado por meses, al final, de todas formas, accedió a hacerlo porque su histeria vomitada no hirió al hombre ni un poco.

Jinki solo sonrió cuando este aceptó y de inmediato fue en busca de la vestimenta antes de que se arrepintiera. Por lo que en el momento en que apareció de vuelta con eso, Minho lo miró con repudio, esa no podía ser la ropa.

Y al mirarse en el espejo tuvo ganas de golpearse a sí mismo hasta desmayarse y así, evitar bajo cualquier costo salir vestido de esa manera. No usaba un pantalón, de hecho parecía un vestido como el que ocupan las señoras mayores, acompañado de un gorro que se parecía al de los hombres que estaban bajo el constante sol en el desierto del Sahara.

—Quédate quieto, tengo que colocarte el lunar.

—Jinki en verdad te odio. Mierda, parezco Marilyn Monroe. Colocame una falda y una peluca rubia— Dijo con sorna.

—¿Ves? Te esta gustando— Minho le gruño mientras Jinki le pegaba el lunar cerca del labio, cuidando de que el pelo que traía no se cayera. Quería que se viera lo más real posible.

—Es ironía imbécil. Me siento muy tonto ¿Y que tengo que decir? No puedo ni leer las cartas, ni una bola de cristal, joder. Esto no resultara. Digamos que el brujo falló, se murió, lo secuestraron, se rompió una pierna, ya no tiene poderes— Enumeró cada uno de los posibles escenarios que aparecieron en su mente.

—No, es muy tarde para hacer eso. Te ves bien— Jinki sonrió.

—Si Taemin me ve asi, se reirá. Nunca podré confesarme y en realidad prefiero irme a otro país antes de que me vea. De hecho, prestame tu celular, reservaré los boletos ahora mismo.

Su amigo lo miró un momento antes de comentarle que parecía un loco exagerado.

—¿Jinki?— Una voz apareció tras la puerta, tocando con cuidado y mirando hacia dentro.

—Taemin pasa— Una sonrisa siniestra en la cara de Jinki fue algo totalmente extraño, era algo que no pasaba nunca y Minho sintió deseos de comprobar si el que estaba parado ahí, era su amigo o solo un extraterrestre que usurpo su cuerpo. No sabía de la maldad del pequeño hombre con risa de ángel.

—No— A Minho le ganó el pánico, miró hacia todos lado y a la menor oportunidad gritó y se puso unos lentes para después agarrar el gorro y salir corriendo para que Taemin no pudiera verlo.

Taemin solo se quedo congelado en el lugar, mirando a Jinki confusamente. Necesitaba que le explicara porque venía caminando de forma despistada y lo único que notó fue a una persona de sexualidad desconocida correr como un condenado a muerte a manos de un verdugo.

—Creo que esta un poco indispuesto— Le dio su mejor sonrisa inocente y elevo los hombros, para complementar su falsa inocencia.

Taemin asintió y Jinki tuvo que agarrarse el estómago para no estallar en carcajadas. Era muy divertido.

***

—Metete en la carpa, hazlo de una vez.

Jinki lo empujo de la espalda pero Minho estaba sujeto férreamente a unos postes, no estaba dispuesto a entrar a la carpa, no se sentía listo. No quería, era humillante y a pesar de que estaban llamando la atención nadie pareció reconocerlo por lo que no le importó mucho hacer un berrinche.

El gran "Minho-ini" (2Min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora