Elena posee unos ojos magníficos, unos ojos que penetran en lo más profundo de mi alma(Recuerdo ver cómo estos brillaban emitiendo una luz radiante). Su hermosa y delicada figura, me vuelve loco, sus suaves y delicadas manos, me dejan vibrando de felicidad, sus labios me tienen la mente desordenada; y su sonrisa... ja, su sonrisa me deja paralizado, anulando todo mi ser y oprimiendo mis defensas ante tal ataque.
Nunca pensé que el amor llegaría a mi, tanto fracasé que hasta pensé en desistir, pero, Elena llegó a mi vida sanando mis heridas del pasado. ¿Quién pensaría que ahora me tiene preso de su amor?.
Eso fue lo que pensaba hasta hace un mes, ella(Mi niña, mi mujer, mi dama) y yo decidimos dar por terminado nuestra relación, por problemas que se presentaron en ese momento. Quedé devastado, nunca me sentí tan solo como ese día; pasaba todas las noches en el bar de la avenida, tratando de calmar las penas, me torturaba pensando en cómo era posible que haiga dejado a Elena irse tan pronto, cómo era posbible dejar ir a "Mi primer amor". Todo el tiempo estaba melancólico y deprimido, hasta que un día me llamaron por teléfono, me dijeron que había sido ganador de un tour por Europa; me dije a mi mismo-"Perfecto, creo que lo necesito".
Pasó una semana y llegó el día del viaje; me levanté temprano, empaqué mis cosas y me enrumbé hacía el aeropuerto. Pasaron las 7 horas de vuelo y ya había llegado a mi primer destino, París. En ese momento sentí que el destino me odiaba, ¿Qué hacía un hombre en sufrimiento en plena "Ciudad del amor"? Y solo para aclarar dudas, sí señoritas, los hombres también sufrimos.
Me hospedé en un hotel de la ciudad y decidí irme a la cama, estaba agotado por el viaje. A primera hora en la mañana decidí desayunar en el lobby, revisé mis redes sociales que por un buen tiempo no había estado en contacto; pasaron unos segundos y quería tirar mi celular al suelo, observé una foto de Elena y su nuevo novio, me puse furioso, tomé mis cosas y tomé un taxi de regreso al aeropuerto. Llegué a mi país ya de tarde, lo primero que hice fue ir a ver a Elena.
Caminando por las calles rumbo a su casa no pensaba nada más que en tratar de reconquistar a Elena, la única manera de lograrlo era dejando que mi corazón hable. Estando ya a unos pasos de la puerta de su casa, escuché una voz que me llamaba en tono asombrado, era la hermana de Elena que se sorprendió al verme, le pregunté por el paradero de su hermana, me dijo que ya estaba por llegar en unos 15 minutos, así que decidí esperarla fuera de su casa. No pasaron 15 minutos, sino media hora, que de pronto desde lo lejos vi una caminada fuera de lo común, una caminada sexy... era mi preciada Elena. Tragué mi saliba, me armé de valor y me acerqué.
- ¿Podemos hablar?-le dije.
- Claro, puedes hacerlo- dijo Elena.
- Solo vengo a decirte que mi mundo está incompleto, solo vengo a enseñarte un corazón que está muriendo, me han dicho que ya no tiene remedio, pero yo sé que el remedio está en tus besos; quiero que sepas que el día que nos conocimos no saldrá de mi mente, soy un lunático que muere por tenerte en sus brazos, muere por abrazarte en las noches; amémonos de nuevo como antes y olvídate de todo lo malo, déjame intentar recuperarte, regrésame tu amor, aquí conmigo.-Una lágrima cae por la mejilla de Elena- Regresa a mi por favor, me doy cuenta que él no te hace feliz. Yo quiero besarte y estar contigo por siempre, tú me encantas, me vuelves loco, ya sin más que decir recuerda que nunca se olvida al primer amor.