poco que admirar de él
debo sonrisas a mi madre
y un adios para el que no puede volver
si te miro callo, con mis fallos, sin ensayos, por placer.
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poco que admirar de él
debo sonrisas a mi madre
y un adios para el que no puede volver
si te miro callo, con mis fallos, sin ensayos, por placer.