Conocidos.

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Bueno, lo haré, escribiré esta etapa de mi vida en la cual sufrí bastante por cierta chica de la que sabrán más adelante.

Empezaré por lo primero, mi nombre es Jack, diecisiete años de edad, aunque lo que contaré pase ya hace dos años. Se preguntarán, ¿Por qué escribir una historia que nadie leerá? Bueno, no lo sé, me dio la regalada gana de contar esto a quien sea, ya que para mí lo que pasó con ella fue de mucha importancia y se me hacía imposible guardármelo

Tú, si estás leyendo esto te agradezco inmensamente darte el tiempo de leer este diario, así que sin más, comenzaré, espero disfruten.

Me había despertado por la mañana, de mala gana y con una cara de zombie que espantaría a cualquier bebé, pero obviamente, ¿Quién no despertaría así después de quedarse jugando hasta altas horas de la mañana? Algo bastante estúpido de mi parte siendo el último día de vacaciones, preparándome para "el gran día", de grande no tenía mucho, lo único especial era que entraba a enseñanza superior, lo malo es que al no ser bastante sociable me costaría ingresar a algún grupo, lo bueno es que tengo a Erick, un viejo amigo que ingresó aquí de mera suerte, y menos mal, no estaría solo los primeros días o semanas o meses, Dios, de la que me a salvado ser amigo de este idiota.

El recreo había comenzado y para sorpresa había un pequeño kiosko en el patio. Logré divisar a Erick, que charlaba con unos nuevos amigos que tenía, lo que me molestó y dio envidia al mismo tiempo, su nivel de sociabilidad, yo no podría.

Me acerqué a Erick. -Hey, amigo, ¿Sabes qué te quiero demasiado, verdad?- Le dije a mi amigo pasando mi mano por alrededor de su cuello, reí sarcásticamente al ver que me había ganado la mirada de los nuevos amigos de Erick, solo quería que me comprara comida, no era para tanto, tenía demasiada hambre y la madre de Erick siempre le daba dinero, me debía de alimentar, si no, ¿Cómo osa de llamarme su amigo?

-No empieces Jack, tengo demasiada hambre, te comprare algo si sobra de mi comida- Pasó casi un minuto y Erick hizo un gesto con la mano señalando que se estaba despidiendo de sus nuevos amigos, se dirigió al kiosko a lo que le seguí y bastante curioso le pregunté

-¿Cómo se llaman?- Sonreía, me veía desesperado por tener amigos, patético y lo más probable es que se haya dado cuenta, Erick me conoce demasiado.

-¿Qué pasa, desesperado?- Atiné y el comenzó a reír burlándose de mi, obviamente como buen amigo, enojado, la pateé la pierna y soltó un quejido. -¡Ah! Maldito idiota, duele, ¿Cuántas veces te tengo que decir que controles tu maldita fuerza?-.

-Huy, la niña se enojó, Ay, ay, que miedo.- levante mi mano imitando ser una mariposa y reí. –Ya en serio, ¿Son tus nuevos amigos? ¿Me unirás? Sabes que no me quiero quedar solo, sería lo peor.- Aceleré mi voz, de verdad me altera quedarme solo, ya había sentido la soledad y no quería repetirlo.

-Obviamente, no estarás solo, aunque aún no son "amigos", dejémoslo en posibles amigos.- Dijo Erick, me calmé y él suspiró, miró el kiosko, tuve que esperar a que él comprara.

-¿Qué?, ¿Papas?, ¿Me darás?- Estaba desesperado, parecía... Alguien desesperado por comer, solo eso. Erick Comenzó a reírse, bastante fuerte captando a atención de las personas que estaban alrededor y como si nada, paro, así es él. Solo avanzamos mientras mirábamos diferentes personas durante el recreo, pude diferenciar ya a los grupos que de habían formado, el maldito primer día, si que son rápidos.

Los primeros/as: Los "raperos" Se pueden notar desde lejos por las expresiones que hacían, si caminas cerca de ellos los escuchas "rapear" un poco, los demás solo aplauden, una forma de sentirse bien sin recurrir a nada malo, no es que me desagrade, solo que para mí es raro.

Los segundos/as: Bueno, más que personas son la basura de la sociedad, así tal cual, esos que se creen dioses del Olimpo por escuchar Reggueton, fumar y tomar, solo pasar cerca y te das cuenta, huele demasiado mal. Algo que me sorprende de este es que existan solo el prime año acá

Los terceros/as: Esos como yo y Erick, solo que en grupo, ellos no sobresalen, ese grupo que tiene sus propios chistes, su propio humor, esos que respetan los gustos hasta cierto punto, ese tipo de personas eso agradable.

Entre el tercer grupo logro divisar a los que le hablabó Erick hablando con alguien, una chica que me llamó la atención, era de palo negro, medio liso aunque despeinado, si rostro no lo pude ver, ya que no me acerqué lo suficiente como para verlo, se pudo ver que era más baja que yo y.-¡Oye!- Erick me gritó, me había despistado mucho.

-¿Me estás escuchando?- Erick parecía algo enfadado, le molesta que no le escuchen cuando habla, me matará.

-¿Ah?, ¿Qué?- Miré hacia los lados, de verdad me había perdido por completo.

-No importa, ¿Qué mirabas?-  Erick estaba apuntando al tercer grupo, exactamente a aquella chica, me sobresalté, este estúpido siempre logra saber hacía donde miro, no sé como, te odio, puto.

No me quedó más que confesar, no le iba a mentir, ya le conocía de hace demasiado tiempo como para hacerlo. –Nada, solo ella me llamo la atención, a la que apuntas.- Él solo comenzó a reír como si tuviera un malévolo plan.

-Puedo conseguir que te hablo, digo, para que veas como es y todo eso.- Como siempre me quiere ayudar, sin darme cuenta tenía una sonrisa, pero se me borró al instante al recordar como era él, siempre quería algo a cambio, es un pequeño precio.

-¿Qué quieres a cambio, Erick?- Alcé una ceja mientras tenía los brazos cruzados.

-Nada en especial... Solo...- Se quedo callado, esperando a que preguntara, si será un hijo de puta este.

-¿Solo?- Comenté en un tono serio, cualquier cosa no haría, no estaba tan desesperado por hablarle, solo me llamó la atención.

-Que me dejes jugar en tus consolas, ¡Por favor!- Él no era de jugar demasiado, igual no era demasiado, solo era jugar, solo eso. –Está bien.- Acepté, no sé, tengo ese presentimiento de que saldrá mal. Después de eso solo escuché que gritó un "¡Si!" no sé que mosca le pico, pero bueh, era hora ya de ir a clases, el día fue normal, hasta la hora de salida, ese momento fue mi tortura.

Salimos de la escuela y logré ver que aquella chica con el pelo mínimamente despeinado iba por el camino que nosotros tomamos, raramente estaba caminando sola. Erick apresuró el paso, no sé donde quiere llegar con esto pero le seguí, estando cerca de ella, Erick me empujo, haciendo que yo empujara a esa chica, hijo de puta. Se volteó rápidamente arreglándose el cabello que tenía en el rostro, se lo puso atrás de la oreja, mi corazón aumentaba su ritmo y yo ahí, como estúpido mirando su rostro, una piel morena, usaba unos lentes casi cuadrados, tenía además unos labios naturales, se notaba que no se maquillaba y que bueno, se veía hermosa. Me estoy perdiendo, la empujé, o más bien, me hicieron empujarla.

-Eh, oye, discúlpame, no era mi intención, él me empujo.- Apunté a Erick, estaba nervioso, hablaba rápido y entre cortado.

Ella por su parte soltó una pequeña risa y embozó una hermosa sonrisa. –No te preocupes, solo ten más cuidado, eh...- Se quedó esperando a qué ¿Dijera mi nombre?, bueno, me tardé unos segundos en reaccionar.

-¡Ah! ¿¡Yo!? Soy Jack.- Intenté calmarme, estaba exagerando la situación, estaba siendo demasiado estúpido.

-Yo soy Alice, un gusto, pero, estoy algo apresurada, un gusto conocerte extraño.- Se despidió con una sonrisa y se dio media vuelta siguiendo su camino, no sé, me alegró la tarde.

Seguimos caminando yo y Erick, Alice se nos perdió de vistay yo solo me repetía "Que forma más rara de conocer a una persona, era hermosa, fue raro, era hermosa, fue raro." Me sentía la persona más afortunada y desafortunada del mundo, nada más que resaltar del día, me dormí antes de que Erick se fuera de mi casa, sería rara la situación pero a mamá conoce demasiado a Erick y yo estaba cansado, necesitaba descansar.



Bueno, esto es solo para ver si logra captar al menos algo de publico, me gustaría seguirla xd, no sé, solo necesito apoyo y ñeh, eso no más, ¿Hasta otra? 

La historia de un chico enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora