Mi despertar

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Desperté lentamente, la luz se colaba por la cortina,mi visión se volvió más nítida y puede ver claramente que me encontraba en una habitación, me quedé detallando la un tiempo, me encontraba sentada en un camarote en la plaza inferior, al frente mío y al lado de este una mesita de noche la cual hacia de muñequero y contra la pared opuesta a mi ubicación un neceser junto a un armario acompañaban plácidamente el cuarto todo esto dando un gran aire femenino; Me quede en la misma posición por un gran lapso de tiempo hasta percatarme de unas voces provenientes del cuarto continuo al que me encontraba, platicaban sobre despertar a alguna chica, por mi mente cruzo la posibilidad de una persona durmiendo en la plaza superior, me levanté cautelosamente para revisar la cama, pero para mi decepción nadie ocupaba aquel lecho cubierto por un cobertor de un rosa pálido adornado con peluches, recordé la conversación escuchada y supuse que se trataba de mi, me dispuse a volver al lecho de la plaza inferior haciendo me pasar por dormida, pero no lo había conseguido, ya que al terminar de acomodarme la puerta se encontraba abierta mostrando a un hombre alto de cabello oscuro, rizado y muy rebelde, de contextura delgada, el cual llevaba una camisa a cuadros en distintos tonos de verdes dentro de un pantalón caqui mate sostenido por un cinturón café ancho, al verme un intento de sonrisa la cual parecía mueca se plasmó en su rostro, me miró divertido ante mi intento fallido de pasar por dormida y pronuncio con una calmada y alegre voz "No intentes hacerte la dormida, se que estas despierta, más bien levantaré y vamos que está listo el desayuno" Un tanto temerosa me digne a salir de mi prisión de sábanas y como respuesta al mayor le di un tímido y casi imperceptible asentimiento, le seguí tímida e incómoda por su presencia a través de un corto y estrecho pasillo que daba a una sala-comedor, allí nos reunimos con una extraña mujer de pelo corto, algo robusta, morena y junto a ella una pequeña de no más de ocho años, un hiperactivo carisma y un gran parecido a la mayor. Ambas saludan por simple cortecia, y la mayor con desdén me indica la ubicación de mis alimentos; me ubico en mi lugar y soy rápidamente ignorada por las personas a mi alrededor por lo cual consumo mis alimentos con suma tranquilidad pensando en cómo habré acabado en aquel lugar, pero mi memoria se queda en blanco por recepción del único recuerdo que llega como un flash a mi: Mis pequeñas manos sostenidas una por un hombre alto, delgado y la otra por una mujer de talla extra; me invade un sentimiento de felicidad hogareña mientras el sol se esconde a nuestras espaldas reflejando bellas sombras que nos acompañan en nuestro camino a casa.
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Hola personas hermosas y preciosas del mundo!!
Espero que les guste esta historia y que me apoyen para continuarla.
Nos vemos en el próximo capítulo.  ;-)   :-*

Despertando En La RealidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora