Mi Vida

La Cantuta, Segunda Parte

Esta bien esta bien, ya se que no les terminé de contar lo que pasó en La Cantuta, pero hay buenas noticias, regresé. "Buenas" (entre comillas porque no la pasé muy bien). Volvimos a venir este fin de semana por el "Día Del Padre". A mi padre le encanta este lugar.

Esta vez estamos en la zona de bungalows donde...¡si hay wi-fi! (Muy malo pero hay)

Estoy solo y no tengo amigos con los que jugar. :( Mi padre me pidió que vaya a recolectar ramitas y hojas secas para prender una fogata junto a la leña. Cuando fui a conseguir las ramitas escuché un ruido raro como el que había escuchado la vez pasada. No terminé de contarles por que la vez pasada estaba tan asustado de estar solo en la noche, bueno, mientras estaba caminando y se me acababan las baterías de la linterna, escuché un ruido raro. Una especie de chillido agresivo. Cuando me acerqué a ver, lo único que llegue a ver fue a una criatura que me llegaba hasta la rodilla corriendo hacia la otra dirección. No la llegue a ver bien, pero después de eso me quede impactado hasta el regreso a casa.

Bueno, entonces cuando escuche ese ruido lo primero que hice fue agarrar una rama de las gruesas (como un bate de baseball) y me acerque lentamente al arbusto de donde provenía el sonido. Lentamente...callado...asustado...y...¡ZAAAZ! Un zarpazo de gato en mi preciosa cara. Era un gato, pequeño, asustado. Por poco y me arañaba el ojo y me dejaba ciego. Era un gatito atigrado, después de arañarme caí tirado en el piso sangrando del cachete.

Me limpié la herida con el pañuelo que me había regalado mi padre durante momentos de sufrimiento. Llamé al gato Tiger como el de Winnie Pooh. Le di un pedazo de pollo que me había llevado a escondidas de la parrilla de mi padre. Y el animal empezó a seguirme.

No se si se los había dicho antes pero tengo una obsesión con la fotografía, creo que puedo llegar a ser un buen fotógrafo. El domingo, me la pasé tomando fotos todo el día con un gato atigrado siguiéndome (convenido).

Así concluye mi aventura en La Cantuta, por ahora