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Después de dos semanas y media, el chico del flequillo raro volvió a la secundaria, realmente no le importaba si tenía exámenes pendientes o tareas sin entregar, sus ojeras tenían nombre y no era matemáticas, quería que el dueño de sus ojeras respondiera por ellas,  no quería parecer un debilucho ante él, quería ser el fuerte, quería ser un muro tan fuerte, no dejaría que nadie pasara por arriba de él y no dejaría que dejaran su autoestima en el subsuelo. La chica pelinegro llamada Arzaylea jugueteaba con sus rizos y hablaba de lo genial que fue alguna fiesta que había pasado, Michael la miró con tanta rabia que tal vez podía consumirla con la mirada, pero ella no mostró ni una pizca de miedo, ni una pizca de temor hacia él, solo le sonrió y guiño un ojo. 

Michael acomodó su mochila en sus hombros, las miradas lo seguían como si fuera un anormal, varios murmuraban al verlo, Michael acomodó nerviosamente su flequillo largo y volvió a acomodar su mochila, estaba muerto por dentro y quería volver a sentir vida en su ser.

Alguien tocó su hombro, era Luke quien lo recibió con un abrazo, Michael deseaba golpearlo y eso fue lo que hizo, le dio una cachetada al ver la gran sonrisa que aparcaba toda la cara del rubio, pero al sentir la mano impactar con su rostro, Luke cambió de expresión feliz a una confundida.

El oji verde no sabía que había hecho, estaba pensando en hacerlo pero fue un movimiento involuntario, todos los que estaban en el pasillo, hicieron un "UUUUHHH". Pero Luke se lo merecía.

"Lo merezco, soy un idiota" Luke dijo asintiendo y alejándose de Michael.

My neighbor. MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora