II

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El bosque es verde, tan verde que amenaza con tragarse el azul del cielo. Hades entró por la puerta y las miradas se clavaron en ella como cuchillos que en cualquier momento la podrían degollar, y lo harán si tienen la oportunidad.
Zeus dirige la comitiva sentándose en la silla más grande a la cabeza de la mesa. Ese debería de ser el sitio de la chica.
Aparta la mirada y va a sentarse al otro lado de la mesa, desafiando a su hermano pequeño.
-Mármol blanco, sillas negras de madera, la mesa igual, un olor a... ¿Incienso? Por favor, no me digas que eso que huele tan mal es incienso. Mi extraordinaria entrada y vuestras caras al verme. ¿No me esperábais?
-Hades, contrólate. -le pidió Poseidon, sentado a su lado.
-Vamos, el tío es un cretino, Pos. -reprochó ella señalando al hombre enfrente.
-¡Soy tu rey! -gritó Zeus desde el otro lado de la mesa. Hades profirió una risa fría y sus ojos se dirigieron al hombre moreno que había gritado.
-Creo que un rey que tenga que recordarle a sus súbditos que es el rey cada cinco minutos no es realmente un rey, no sé si entiendes. -lo provocó.
-¿Por qué tendría que permitirte esos insultos y no matarte ahora mismo? -se jactó, los demás miraron a Hades esperando su respuesta.
Los ojos marrones de la chica se habían quedado fijos en el hombre, y pudo detectar el miedo de los presentes. El rey de los dioses también la miraba a ella, de una manera seria, pero ella lo estaba desafiando con la mirada, esperando su momento. Al ver que su hermano era lo suficientemente estúpido como para no remediar su gran cagada, Hades habló.
-Porque no podrías. No puedes. Ninguno de vosotros puede. Por separado o juntos. -se levantó dispuesta a irse, Zeus se levantó y los demás lo siguieron.
-Entonces, ¿es a eso a lo que has venido? ¿A amenarzarme? -se atrevió a burlarse Zeus. De verdad que tenía valentía, pensó Hades. Ni siquiera se dio la vuelta.
-Voy a volver arriba, -dijo girando su cabeza- si soy molestada por cualquiera de vosotros, os mataré a todos. -seguía de espaldas y con la cabeza girada hacia un lado, su aspecto era amenazador.
-No podrás. -exclamó Zeus.
Hades se movió tan rápido que nadie la vio. Al segundo estaba a centímetros de su hermano pequeño. Una nube de humo negro salió cuando le agarró por el cuello y lo levantó del suelo.
-Y tú serás el último. Y no va a acabar ahí porque una vez acabe con vosotros, todos y cada uno visitará a padre. -le soltó y le miró caer al suelo como una rata, daba asco- A ver cuan rey eres entonces.
Y desapareció.

HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora