Siempre había sido una chica con muchos pensamientos, en mi cabeza todo el tiempo era un problema tras otro.
No solo mi cabeza, mi cuerpo también lo era, y es aquí donde uno dice, ¿cual podría ser?
Estaba gorda o al menos la sociedad lo percibía de esa manera pero aunque trataba con todas mis fuerzas que no me pasara factura, algunas veces solo caía de bruces.
Por que para que mentir, el físico siempre sería lo primero que alguien vería, el alma, no es transparente.
Aunque debía admitir que a veces me sentía superficial en ese punto, quería un chico de película, no, mejor de libro.
Y en los libros siempre eran unos bombones.. pero bombones, con mas bombones, no gordas.Mi vida era un hervidero de mierda, apestaba y no era agradable.
Debería ponerme a dieta, quizá, y una retaguardia de nuevos pensamientos aparecía una y otra vez en mi cabeza.
Y no precisamente agradables.
-¿Me escucha?
-¿Si?
Pregunte un poco aturdida mientras centraba la mirada en la persona frente a mi, una arruga de desaprobación surco su frente.
Odiaba los doctores pero lo que mas odiaba era la sensación de angustia constante en mi garganta por esta situación.
Mi abuelo se estaba muriendo, la única persona "familiar" que había mostrado amor hacía mi.
Me revolvía el estómago.
La situación con mis padres nunca había sido buena, ni siquiera con mi hermano y aunque los llamaba en un tono familiar, no era para nada así.
En casa, éramos cuatro extraños, viviendo bajo el mismo techo.-Le estaba comentando que deberemos ingresarlo, por ahora.
-Entiendo.. será lo mejor.
- Debemos ver como avanza su estado, si nada malo vuelve a pasar y se mantiene estable, le daremos el alta pero por ahora, no tiene pinta.
Mi corazón se encogió ante aquellas simples palabras, no tiene pinta.
Madre mía, no lo podía soportar, no podía ni quería.
-Necesito que firme estos papeles ya que era la persona responsable ahora mismo.Esta era una de las cosas que detestaba de hacerme cargo, firmas cosas que pesaban demasiado.
Sabía que no tenía alternativa, solo estaba yo.
Agarre los papeles que me tendían, dando una pasada a todo mientras apretaba un poco el papel para que no se notara demasiado el temblor de mis manos, las tenía horriblemente sudadas."No se nos acusara si el paciente pierde la vida, se hará lo posible mientras este en nuestras manos"
Eso ayuda a firmar, claro que si,suelto un suspiro y firmo aquellos malditos papeles, dando estos con algo de enojo, no podía evitarlo, me sentía horrible por todo esto.Una vez todo estuvo de acuerdo, me levante de aquel sitio sin despedirse del médico algo maleducado de mi parte pero, no me sentía como para ello, total, estaba segura que lo vería en su estadía por aquí.
Como siempre, sería ella quien cuidase de su abuelo, como todo el tiempo había estado haciendo.
Baje a información por las escaleras para evitar no llorar ante todos los pensamientos, tenía que ser fuerte.
Tenía que ser fuerte.
Tenía que ser fuerte.
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Cuando tuve todos los papeles necesarios que de hecho eran bastantes, junto con el número de habitación, esta vez si que subí en ascensor, no tenía energía para nada mas.
El ascensor llego y entre quedando a un lado tratando de no captar demasiado la atención,dí al numero 5 y con todas mis fuerzas me sostuve al posa manos, sintiendo como ahora mismo era lo único que me sostenía.Cuando al fin el número cinco se vio en la pantalla y las puertas se abrieron, un suspiro escapo de mis labios.
Hora de verlo.
En un intento de salir del ascensor, alguien se apresuro al igual que yo, chocando su brazo en el proceso contra mi.
Sabía que era pequeña pero tampoco es que no fuera invisible, no tenía altura pero si gordura suficiente.Me disculpe en un murmuro apresurado pues estas cosas me ponían nerviosa y camine a paso ligero para llegar a la habitación en la que se encontraba mi abuelo, procurando no perder de vista los números.
Para mi suerte estaba en la última habitación, mas intimidad o eso esperaba.
- Vamos, tu puedes Lina..Me susurro para mi misma, si pudiera funcionar, sería un mantra genial.
Mi mano en el manillar de la puerta comenzó a estar sudorosa una vez mas, odiaba eso, odiaba muchas cosas.
Me decidí a contar hasta tres y entrar, pensé que eso sería mejor que el maldito mantra antes de entrar, por que me tiraría todo el día como una gilipollas pegada en la puerta.
Sabía que a mi abuelo le dolía no tener a su hijo, su única familia a parte de mi.
[Nunca contaba a mi madre o hermano, era..diferente.]- Uno, dos. tr-
-¿Pasas o no?
La voz detrás de mi me sobresalto de sobremanera, podría haberme dado un parraque, haberme quedado con el ala suelta.
- Joder, por poco me da un jodido infarto..
Muevo la cabeza en negación callándome aunque ya había soltado aquello, lo dicho estaba hecho.
Viendo como se extendía una sonrisa algo divertida por su boca, me entro ganas de pegarle una patada, este chico en cuestión, era idiota.
No me quede a preguntar, ni menos pedir disculpas, aunque debía agradecer que me había distraído de los nervios que atenazaban en mi estómago.
Solté nuevamente un suspiro y sin mas preámbulos me gire para abrir la puerta, aunque de últimas en mi cabeza salto una pregunta.
"¿Qué hacía en esta misma habitación?
No tarde mucho en descubrirlo, mi abuelo compartía habitación con alguien, y ese alguien tenía a cuatro personas de invitado, genial.
Procuro no mirar demasiado al pasar hacía mi abuelo, el cual tenía la cama de la ventana, aunque aun así saludo por modales.
Mi abuelo nada mas verme desde su cama, me sonrió de forma leve, aquella sonrisa me hizo sentir débil.
Su mirada se veía cansada, cogí su mano y acaricie esta un poco tratando de hacerle sentir mejor.
Solo que hacer esto, fue como una patada en el estómago, notaba su mano delgada entre las mías, sin mucha fuerza.
Sentía que podía llorar en cualquier momento pero no deje que lo viera, él no se merecía aquello.
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Holaaa a todos, diré que estoy re editando esta historia.
Por que tiene faltas de ortografía y a parte, tiene su tiempito.
Así que..poco a poco.
Disfruten de este capítulo
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Abrázame suavemente
RomanceLa chica de ojos brillantes, nunca llora Sin embargo cuando lo hace, sus lagrimas se camuflan con la lluvia. Y el chico de ojos grises, se lleva los nubarrones.