Viernes

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Desde ese día se me complico la vida. No podía dormir, si comía, era con esfuerzo, si pensaba lloraba. Hubo un momento en que me deprimía un montón. Pero no me deprimía todo el día, solo eran momentos, ESOS momentos. No puedo decir exactamente la situación, pero lo desarrollaré en esta historia.
Todo comenzó un viernes. Ese día me salió mal apenas me levante. A las 7:45 de la mañana, como todos los viernes, ya estaba despierta. Me preparé el café de todas las mañanas y me fui a peinar. Volví a tomar el cafe ¿y qué pasó? Estaba frío. Me enojé tanto que no desayuné. Después mi papá, al pasarme a buscar, llegó tarde. Llegué a la escuela y me senté destrozada en la silla por la mañana que había tenido. Mis amigas me apuraron porque tenían algo para contarme. No me acuerdo del tema pero era una tontera. Tocó el timbre para empezar la clase y me destruí, porque sabía que iba a ser un día duro.
Entró la profesora de Ciencias Naturales, la cual la clase anterior se había enojado un montón. Tuvimos un módulo con ella y se me durmió el cerebro. Después Lengua, ya estaba dispuesta a dormir, o a participar, depende del tema que nos diera. También tuvimos un módulo con ella. En el recreo no podía más, estaba muy cansada y lo único que quería era dormir, total es como morir por una rato. Antes de almorzar, Educación Física, el cual no hice nada. Estaba demasiado cansada y angustiada para poder moverme. Se acercó una amiga y me dijo que me pasaba. Le conté sobre un tema con un chico, ella no decía nada sólo escuchaba. De repente de tanto hablar de eso, exploté con un llanto silencioso, pero doloroso. Mi amiga me abrazó y yo a ella. Me dijo que si quería que llamara al chico y yo le dije que hiciera lo que quiera, total mucho no va a solucionar. Él vino y me abrazó, no dije nada y lloré mucho más. De pronto se me vinieron todos los problemas de mi vida. Ahí estallé de llanto, recordando. Recordé cuando me separaron de mi mejor amiga, la separación de mis padres, un amor mal tratado. Muchas cosas, tantas que lloré tanto que mis ojos se estaban rojos. Llegó la hora de comer y comí, pero con esfuerzo, como siempre. Después estaba más tranquila porque tuve un momento de calma.
Después de la escuela, fui a mi casa y me quedé pensando en todo lo que me había pasado en el día. Quedé tan sorprendida de lo que había pasado, llorar en frente del chico que me gusta , dormir en clase de Lengua, desahogarme con tan sólo decir lo que me pasa, que eso para mi era un cajón de secretos. Realmente agradezco a la gente que me acompañó, pero no se lo pude decir en el momento.
Días después, sigo igual pero trato de no llorar, para no llamar la atención. Sí lloro, trato de hacerlo en silencio, para que nadie sufra conmigo. Realmente no puedo más, pero trato de sobrevivir con la gente que me acompaña día a día, con cada palabra de su corazón. En este momento escribo esto con sentimiento, y lágrimas en mi corazón.

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