parte uno

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1. mariposas y figuras de acción.

invierno


BaekHyun tenía seis cuando conoció el maquillaje. Sus hermanas se pasaban horas frente al espejo aplicándose pestañas falsas, rubor y ese rouge rojo que usaba su tía de sesenta. Cuando terminaban, BaekHyun creía que sus hermanas se escondían en cajitas y unos hermosos personajes acaparaban sus cuerpos. Siempre le pareció que maquilladas, automáticamente se volvían más agradables, como si sus personalidades estuvieran de vacaciones y una dama de sociedad se acaparara de sus vocabularios.

Un día de nieve- uno de los peores-, cuando no se podía salir porque tan solo sacar un brazo por la ventana te lo convertía en hielo, las tres hermanas mujeres creyeron que pasar el tiempo con la calefacción a cien y maquillando al pequeño Baek sería buena idea. Una idea que el pequeño niño no rechazó, muy ingenuo para entender que sus hermanas se querían burlar de él.

—Ay, BaekHyun— había dicho su madre cuando lo vio bajando las escaleras con un vestido que debía ser de cuando Hye era pequeña. Este era de un rosa pálido con flores pequeñas en toda la pollera, las mangas eran dos tiritas que se ataban en un nudo en la espalda y de largo le llegaba hasta debajo de la rodilla, traía unos zapatitos blancos (también de Hye) que hacían juego —. Te ves precioso, mi cielo.

BaekHyun le sonrió, agradecía que su madre lo encontrara hermoso. Quería verse igual de hermoso que ella. Para él, su madre era la mujer más linda que nunca haya existido. Creía que cuando ella hablaba, hasta las sinfonías la envidiaban. Cuando se reía, el sonido era tan dulce que las abejas la rodeaban. Para él, su madre era perfecta.

  —Ha llamado la madre de ChanYeol— le siguió diciendo la mujer. Ahora que los cuatro estaban sentados en la mesa con un chocolate caliente, el cuadro que la familia Byun mostraba era el de cuatro lindas chicas acompañando a su madre a la hora de la merienda.

—¡Vendrá ChanYeol a casa!— repitió emocionado Baek, su voz estaba una octava más aguada de lo normal.

Yeol y el se conocieron el primer día de jardín, sus casas estaban cerca por lo cual asistieron al mismo hasta que tuvieron edad para empezar la primera. Desde ese primer día en el que Baek se tropezó y el otro niño intentó calmar su llanto, ambos se hicieron inseparables.

BaekHyun veía a su mejor amigo como todo un hombre. Siempre tenía un corte en la cara y las uñas llenas de tierra. Admiraba a ChanYeol y nunca perdía la oportunidad para alardeaba en el colegio de lo mucho que se querían.

"Así nunca tendrás novia" le había dicho su amigo, avergonzado, pero a Baek no le importaban esas cosas, mientras tuviera a ChanYeol junto a él todo estaría bien.

—Lo dejarán en casa así pueden ir por su abuela al aeropuerto.

De tan emocionado que estaba, las horas se le pasaron como un tormento. Varias veces su madre le había propuesto que se duchara y cambiara, pero a Baek le preocupaba el que su amigo llegara mientras el se ahogaba en una tina llena de burbujas y perfume.

El timbre sonó a eso del las cuatro. Baek corrió por las escaleras para poder encontrar a un ChanYeol disfrazado en nieve y con las orejas rojas. BaekHyun lo saludó con un gritó, casi como siempre, pero el otro lo miró como si no lo reconociera. Ahora sus mejillas también tenían el mismo color que sus orejas.

—¡Channie, Channie, Channie!

Por otro lado, el pequeño Park esperaba encontrarse con el mono delicado de su amigo, el mismo que se colgaba de él como una garrapata. Cuando la chica linda empezó a gritar su nombre y bajar las escaleras emocionada no puedo más que avergonzarse por lo tierna que le había parecido su sonrisa, era igual a la de Baekhyun.

pretty ,, chanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora