[WooGyu] Eternal From Now On [Completa]

Capítulo 3. Solo por una vez...

POV. SUNGGYU

La boda se acercaba con una velocidad impresionante, tanta, que no quería ser consciente que apenas faltaban dos días para ella, habiendo estado los anteriores completamente inmerso en los infernales preparativos que a nadie parecían interesarle.

Jay solo me dejaba decidir a mí, hasta el más mínimo detalle, algo que odiaba, porque a mí me daba exactamente igual si las servilletas eran blancas o negras, si poníamos rosas o bien si usábamos crisantemos como si estuviésemos en un funeral.

No quería hacerlo, cada día tenía la sensación más fuerte de que era un error lo que estaba haciendo.

Todo por culpa de ese chico. ¿Por qué me había tenido que parecer guapo? Era la primera vez en toda mi vida que, por fin, parecía haber alguien atractivo a mis ojos, y tenía que ser un desconocido que me había cruzado justo cuando salía de hacerme las fotos para mi boda.

WooHyun. Había dicho que ese era su nombre, pero no sabía absolutamente nada más y ni siquiera entendía por qué me importaba.

Iba a casarme.

Con un tipo que no llamaba absolutamente nada dentro de mí excepto cariño y ternura, tal vez respeto por ser mi mayor, mi mentor en la vida, pero hasta ahí.

Algo tenía que estar terriblemente mal conmigo, pero si le decía a mi madre que quería cancelar la boda era capaz de atarme y llevarme de esa forma hasta delante del juez para que firmase los papeles, con consentimiento o sin.

Tampoco había estado seguro sobre hablarlo con DongWoo o no, porque conociendo a mi amigo, las probabilidades de que me ofreciese su casa para darme a la fuga eran muy altas.

Tan altas, que eso fue lo que sucedió cuando, en un momento de debilidad, a una semana del evento, le había confesado que había encontrado un chico por el que parecía sentir eso llamado "atracción sexual".

El mayor había comenzado a reírse como un histérico, señalándome algo que, para mí, siempre había sido evidente, solo que no lo había querido reconocer: que Jay probablemente nunca me llamaría lo suficiente en ese aspecto como para completar siquiera la noche de bodas.

- ¿Quién es? ¿Donde lo viste? ¿Hablasteis? ¿Sabes su nombre? ¿Donde vive? ¿Tiene nuestra edad o es mayor? Oye, que si quieres cancelar la boda, puedes llamar a tus padres informándoles de ello desde mi casa, juro que nadie sabrá que estas allí hasta que se pase el caos que formarás – comenzó, alargando más y más su discurso.

Rodé los ojos, para luego suspirar y esconder mi rostro entre mis piernas dobladas, sentados en aquel pequeño rincón en las gradas de la universidad, donde no había nadie que pudiese oírnos por el momento.

Sabía que no era algo que tuviese que ir diciendo en público, no cuando la mayoría de féminas de aquel lugar mataría por cambiarse de puesto conmigo, siempre alabando a mi prometido en todos los aspectos habidos y por haber, pero no era mi culpa que para mí, el no fuese un trofeo.

Tal vez porque el haberme criado prácticamente por él me hacía imposible sentir esa clase de sentimientos para nada fraternales. En cierto modo, en mi mente sería como ser tachado de incestuoso, puesto que siempre le había visto como un hermano mayor.

Uno con el que tendría que casarme algún día.

Tal vez, si las cosas hubiesen sido de otro modo, yo sería como todas esas chicas que babeaban por cada centímetro del cuerpo de Jay. Si me lo hubiesen presentado solo como el hijo de la amiga de mi madre, si no me hubiesen dicho que debía pasar más tiempo con él para conocernos y él simplemente hubiese tratado de enamorarme, sorprendiéndome con pequeñas cosas, como toda pareja de este mundo, mis sentimientos se hubiesen desarrollado de esa manera.