Corazones Encantados

La Hermosa Aldea De Natzumi

e a unas altas colinas dónde la tiniebla no dejaba ver más que la tierra mojada y pegajosa que no me dejan caminar mas rápido, ya no se hacía dónde dirigirme creo que estoy perdido.

He decidido quedarme en este lugar hasta que pase la neblina, saque mis últimas reservas de comida ya que tengo más de un día sin comer nada y no logro aguantar más.
Me recosté en un pedazo de hule que guardaba en mi mochila y me quede dormido.

Sentía mi cuerpo caliente y me empezó a dar el olor de hierbas húmedas y abrí mis ojos, estaba en un bosque a un costado de un río que solo se alumbraba de la luz de las luciérnagas unas amarilla y otras azules era fabuloso lo que estaba mirando, pero había algo que me extrañaba ¿que hacía yo en ese lugar? y¿ por que había una fogata aun lado mio? .

De pronto empecé a escuchar una pequeñas y aguas risitas que provenían de lo alto de los árboles y sin pensar pregunte.

_¿Quien esta hay?
Y solo recibí como respuesta más risas escandalosas.

_vasta, ya salgan de donde quiera que estén.
Dije con vos temblorosa.

_no te asustes no te aremos daño, solo queremos ayudar.
Dijo una pequeña vos.

_de acuerdo no tengo miedo pero ya muéstrate.

Entre las hojas salio una hada y en verdad no son tan pequeñas como yo creían tenia la estatura de unos 10 centímetros y unas enormes alas brillantes y su cuerpo tenia marcado muchas figuras de colores y un hermoso cabello largo y detrás de ella empezaron a salir muchas más hadas y solo lo que las diferenciaba era su cabello y sus ojos.

En verdad no sabia que reacción tomar, lo admito estaba algo asombrando pero mi sensación de escapar de ese lugar permanecía en mi.

_también nosotras queremos ayudarte.
Dijo hacercandose y tomándome de la mano.

_pequeñas a donde yo voy es muy peligroso.

_ya sabemos a donde vas, pero tenemos algunas cosas que te podrían ayudar en tu viaje, nosotras no iremos pero el si.

En eso salio un hermoso pegaso de color blanco y con una espada colgando de su cuerpo.

_hacercate y has una pequeña reverencia hacía el para que te deje montarlo, dijo la pequeña hada.

Y así como me lo indicó me hacer que despacio y realice una reverencia y el pegaso del mismo modo respondió con un movimiento suave hacía abajo y se hacerco así mi y yo solo levante mi mano hacia su rostro y de un salto lo monte y de inmediato corrió hacia la orilla del río para despegar dándome un paseo por el cielo estrellado, y chocando con una que otra nube y al tocarlas con el rostro sentía humedad y frío a la vez, era espectacular la vista de la aldea de las hadas y de pronto salieron por los lados las hermosas hadas dejando un brillo por detrás.

Aterrizamos nuevamente de donde partimos y las hadas aplaudían el gran aterrizaje del pegaso y gritaban con emoción '! muy bien ¡

Tome la espada grande y brillante con el mango rojo y una figura de dragón, la eleve hacía el cielo y apreciando como las estrellas se reflejaban en el filo de la espada.

La hada más hermosa de todas se hacerco hacía mi para darme la bienvenida a la aldea de Natzumi, mando me un beso en la mejilla izquierda, la verdad que no lo esperaba pero fue muy dulce y bello, tanto que se me erizo la piel.