Miró fijamente las ratas corriendo por el suelo de cemento sin preocuparse realmente en ellas, su mente viajando por miles de pensamientos. No sabía que pensar, ¿Siquiera tenía algo en que hacerlo? No tenía nada después de todo, nada ni nadie.
Estaría llorando, pero las lágrimas no parecían querer salir en cualquier momento pronto. Todavía no podía asimilar su situación, siempre estuvo la posibilidad de que el Vaticano decidiera asesinarla, pero nunca pensó que esto ocurriría de verdad, una parte de ella... tenía la esperanza de poder pasar el examen de exorcista y que todo estuviera bien.
Como los pensamientos sofocaban su mente, ajeno a ella pequeños pasos se escuchaban marchando a su celda "Odio completamente las prisiones"
La presencia del canino morado sobresalto a la chica "No es una prisión" corrigió secamente "Son celdas de detención contra demonios"
"Yo no veo la diferencia" Mephisto comentó con diversión al convertirse a su forma original "En ambas estas privado de libertad ¿No es así?"
Ella frunció el ceño "¿Qué haces aquí Mephisto? No estoy de humor"
"Eso puedo verlo" Sonrió "Vine a ver qué tal está mi hermanita ¿No has tenido alguna visita ya? Por favor, dime que soy el primero"
"Lamentablemente" Escondió la barbilla entre sus piernas mientras las llevo al pecho y las abrazo "Volviendo al tema ¿Qué haces aquí?" Escupió
Sus ojos parecieron suavizarse por un segundo "Vengo a verte" suspiro volviendo a sonreír "¿Cómo estás?"
"¿Cómo crees que estoy?" Su voz aunque suave gritaba peligro "¡Oh! ¡Estoy de maravilla! ¿Sabes? ¡El vaticano, la iglesia en sí misma y los exorcistas acaban de decidir mi sentencia de muerte para menos de 24 horas! ¡Mis amigos y mi hermano tienen miedo de mí y me creen un monstruo! ¡Y con Kuro que es el único amigo que me queda jamás podre despedirme! Pues mírame ¡Mi vida es maravillosa!" Termino gritando dejando salir toda la ira detenida al golpear la muralla a su lado sin hacerle gran daño por la restricción de poderes demoníacos de la celda.
Todo el tiempo en el que ella despotricaba contra él y prácticamente todo el mundo, se mantuvo en silencio dejando que se desahogara. Sonrió cuando gimió por el golpe en su mano e intento sobarlo en un inútil intento por detener el dolor "¿ya terminaste?"
"Déjame en paz" Murmuro molesta dándole la espalda "Sigues sin contestar mi pregunta ¿Qué haces aquí? No solo viniste a verme ¡Apuesto que solo viniste a molestarme! ¡Mejor lárgate!"
"Incluso en tu peor momento sigues siendo tan cabeza dura ¿eh?"
"¡Cállate!"
Él estrecho sus ojos "Vengo a proponerte un trato"
"¿Un trato?" No se molestó en voltear
"Si, de nuestro Padre" Sus ojos se agrandaron "No tienes por qué morir a manos de esos humanos mañana. Aun puedes salvarte" Sintió un ruido metálico en el suelo "Esto te lo envía él. Nada más tócala y te salvaras de la muerte" A medida que los pasos comenzaban a alejarse, se volvían más pequeños "Padre estará esperándote"
Fue tan solo unos minutos después que los pasos ya no se escuchaban y el lugar volvía a su agobiante silencio, que dio la vuelta, su curiosidad sacando lo mejor de sí. Allí dentro de la celda se encontraba una pequeña campanilla plateada con variedad de detalles en su exterior.
La observo con cuidado desde su lugar, sin siquiera pensar en acercarse unos centímetros, su respiración acelerada. Ese objeto, por más pequeño e inofensivo que se viera, venía del ser que más daño había causado en su vida y ahora le decían ¿Qué solo eso lograra salvarla?
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Hija Del Cielo (Ao No Exorcist)
FanfictionRin a sido tomada por el vaticano y su juicio a llegado. Pero la ultima palabra no la tienen ellos, Dios escucho los lamentos de quien aun considera es su hija y no esta dispuesto a ignorarlos. Advertencias! ~Fem!Rin. ~Luego del campamento, batall...