|Arder|

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-¡Que asco!-Hizo una mueca de disgusto, al ver a aquel demonio con el rostro desfigurado gracias al agua bendita.

¿Tanto daño les hacía eso?

-¿Bromeas? Se ve genial, estoy seguro que su gemela me dara dinero si le mando una foto de su putrido cadáver.-Río estrepitosamente.-¡Se ve tan patético! -Sonrió mostrando sus dientes.

Bill lo miró de reojo con cierto miedo, aunque bueno, había que aceptar algo desde un principio, vivía en el infierno, donde la locura y maldad era lo que más estaba a la vista para los ojos de los mortales y de otros seres, ¿A caso estaría algo cuerdo viviendo en tal lugar? No, para nada.

-No hagas eso, por favor solo..solo..desecha esa porquería. -Movió con su pie el cadaver del demonio.-Asqueroso..-Cubrió su boca, reteniendo sus arcadas.

-Para mi desdicha, se que desearías que yo sea ese cadáver. -Masculló y chasqueo los dedos, limpiando todo el suelo del cual aún habían residuos de la piel chamuscada de aquel demonio.-

Completamente de acuerdo.

Pensó con burla, ¿Qué? Sonaba cruel y despiadado pero no podía mentir, en serio lo quería muerto.

-¿Qué tiene "Jesús" que yo no?-Se cruzó de brazos asqueado por haber dicho "La palabra prohibida"-

-Él es alguien bueno, que vela por nuestra salvación. -

-Pero los demonios alguna vez fuimos ángeles. -Suspira. -Fuimos sus hijos, sus favoritos. En algún momento valimos algo para el.-Frunció ligeramente el ceño.

A veces no es bueno recordar el pasado no muy grato.

-¿Y qué paso que dejaron de ser sus hijos?-Curioso se sentó en el suelo, al igual que el demonio.

-Él nos abandonó, y para nuestra tortura la oscuridad nos envolvió. -Torció su sonrisa.

-¿Abandonarlos? -Río burlón. -Se que quieres que te haga caso y todo, pero, no permitiré que denigres su sagrado nombre.-Negó.

-Ese es el problema de ustedes los humanos, buscan la salvación donde no la ahí. Y cuando creen encontrar a alguien que los "salvará" de su destino, se apegan a él y oyen lo que quieren oir.-Río de manera amarga.-Aplauden a la mentira y cuando escuchan la verdad no la aceptan.

-Vamos, Dios si es bueno. ¿Por qué creer en la palabra de un hijo de la oscuridad? -Masculló, rascando su nuca con el ceño fruncido.

-¿Por qué no creerme? He sido alguna vez uno de sus hijos. -

-Como dijiste, fuiste. Pecaste y ahora pagas por ello.-Masculló, manteniéndose firme a sus palabras, aunque no lo admitiría ni lo dejaría notarlo. Estaba por primera vez, dudando de sus palabras y argumentos.

¿Realmente la humanidad no tenía salvación?

-¿Leíste la biblia?-Río. -Prácticamente hasta el que lo escribió se irá al infierno.-

-Claro que la leí. -Bufo.-¿Por qué dices eso?-Masculló.

-Ninguno de su ustedes puede vive toda una vida sin sentir, rencor, codicia, gula y otras cosas que son pecados.-Negó burlón. -¿O sí? -

-¡Cla-claro que..sí! -Exclamó con duda.

-Tus palabras te delatan, es claro que dudas de que lado estas.-Suspiro.-Solo escucha esto, Bill. Todos, absolutamente, TODOS ustedes arderan en el infierno.-

-Bah, ya cállate. -Ordenó molesto.

-¿Lo vez? -Cuestionó. -Rechazas la verdad, pero algo puedes tener asegurado.-Se acercó y rodeo con sus brazos la cintura del rubio.-Cuando todos ardan en el infierno, tú gobernaras conmigo.-Susurró en su oído dejando un casto beso en este.

Bill empujo su pecho, para que este lo soltara aunque claramente no sirvió de nada.

-Nunca gobernare contigo.-Se cruzó de brazos.-

-Eso dices ahora.-Mordió el lóbulo de su oreja pícaramente, era normal que no podía aguantar mucho sin hacer algo descarado.

Después de todo era su naturaleza y por más que quisiera -Aunque no quería- no podía cambiarlo, según él, una mala vida no era. Podía torturar humanos y ganar un poco de diversión, ¿Qué era más divertido que eso?

-Púdrete. -Jadeó un poco.

Dipper soltó una risita y soltó su cintura, alejándose. Podía oir como claramente los exorcistas mayores se acercaban a paso lento, charlando sobre tonterías o de algún que otro demonio que exterminaron con sus artefactos bendecidos.

-No lo olvides, Bill.-Sonrió divertido.-Todos los humanos, sean buenos o malos estan destinados a arder, nadie puede ser bueno por siempre. Te recuerdo que esto es la realidad.-Río.

-¿Y?-Desvío la mirada.

-He visto en mis millones de años de existencias que su mayor temor es algo que no existe, eso es la realidad.-Murmuró.-Todos ustedes arderan, nadie puede mantener sus pensamientos en calma. Tú hermano, tú familia, tus amigos, todos lo que habitan este lugar arderan en las llamas eternas.-Observó fijamente al rubio.-Y tú, gobernaras conmigo el inframundo.-Sonrió pícaro. -¿No sería estupendo?-

-No.-Le saco la lengua.-No gobernare contigo. Ahora lárgate antes de que te vean.-Suspiró con pesar y lo empujó.

-No me iré hasta que me des un beso~ -Sonrió infantil.

Bill rodó los ojos y lo beso de manera cortante y con asco.

-Muévete.-Apunto a la puerta.

-¡Recuerda! -Exclamó.-¡Tú gobernaras conmigo!-Chasqueo los dedos y desapareció de su vista.

Todo le estaba yendo mal, estaba cayendo en las palabras del demonio, ¿Cómo podía desconfiar de su padre? El los salvaría y los llevaría al cielo. ¿No? Aunque debía admitir, cierta razón tenía. Las personas eran personas, era bastante claro que nadie podria aguantar sin pecar.

Te odio.

Maldición entre pensamientos, lo estaba haciendo dudar y eso, claramente no le gustaba para nada.























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Con respecto a lo que dije en el capítulo anterior..

Con respecto a lo que dije en el capítulo anterior

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JAJAJA PERDÓN.

AH, POR CIERTO. Gracias por nominar esta historia (͡° ͜ʖ ͡°) yo pense que era horrible y todo eso <\3

¡Los amo!


Falls Off「DipBill」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora