— Mi nombre es Tini, ¿puedo saber dónde estoy? — dije mientras el chico, de nombre Caio, me ayudaba a levantarme. Estaba empapada de pies a cabeza.
— ¿No lo sabes? ¿Segura que estas bien? — Pregunto él con un tono preocupado.
Era alto, más alto que yo, su cabello era un poco largo, lo suficiente para hacerse una coleta con este, sus ojos eran cafés, y brillaban de una manera que podrían atraer la mirada de quien sea, y su sonrisa, su sonrisa era fascinante.
— Estoy bien, solo que no sé cómo se llama este lugar.
Después de observarlo bien me puse a analizar mi estado, estaba mojada, mi cabello era mediano, con las puntas rubias, de ropa traía una falda a la cintura y una blusa rosa. ¿Yo me vestía así?
— Estamos en Sicilia, un lugar de Italia.
¿Italia? ¿Soy italiana?
Al parecer el noto mi confusión a lo que dijo...
— No eres de aquí ¿verdad? ¿Qué recuerdas?
Intente hacer memoria, pero un dolor fuerte en mi cabeza se hizo presente.
— Mi nombre solamente. Tengo imágenes, como flashes, cosas del pasado, pero no sé si yo los viví o los vi en algún lado.
— Vamos, te llevaré con Isabella, es una amiga de mi familia, ella alberga a chicos en su casa, tal vez ella nos pueda ayudar.
Caminamos por un sendero, el paisaje era hermoso, ¿yo vivía por aquí? ¿Por qué solo recuerdo mi nombre? El hecho de estar empapada y caminar por un camino con piedras, mientras usaba unos zapatos con tacón, sin duda no ayudaba.
—¿Estas cansada? — Pregunto Caio, al parecer este chico sabía leer los pensamientos.
— Algo un poco, creo que sigo en estado de shock.
— Te entiendo, ven, acá pueden prestarnos unos caballos.
Caminamos hacia un establo, parecía un lugar donde llevaban a los niños a que convivan con los animales. Entramos al lugar donde usualmente guardan a los caballos, había unos diez, eran distintos, unos blancos, otros negros, algunos de ambos colores, y eran gigantescos; Caio hablo con el dueño y él estaba dispuesto aprestarnos uno para seguir nuestro camino.
— He logrado que nos prestara unos caballos, vamos, que está anocheciendo. — Caio tomo mi mano y algo dentro de mí se movió. — Puedes elegir el que tú quieras.
Observe a los caballos mientras él montaba ya uno.
— Tini, ¿vienes?
— La verdad es que no se montar.
— ¿No sabes o no te acuerdas?
— Ambas cosas son lo mismo, ¿Por qué no seguimos a pie? Puedo aguantar un poco más.
— La casa de Isabella es más lejos, llegaremos a tiempo solo si vamos en caballo. Si gustas... — se veía nervioso y creo que sabía a donde se dirigía. — Si gustas, puedes montar conmigo... así no perdemos tiempo y tú no mueres del miedo.
— No es miedo, es solo lógica, si no se montar puedo sufrir otro accidente.
Camine hasta donde estaba el caballo, desde mi punto de vista, era enorme, su pelaje era de un negro absoluto, era majestuoso.
— ¿Me ayudas? — Caio tomo mi mano y de una manera ágil me coloco delante de él, tomo la cuerda del caballo y me la coloco en la mano. — ¿Por qué me das esto?
— Tu diriges.
— Estás loco, definitivamente.
— Vamos Tini, anochece ya. — dijo con una sonrisa burlona en su rostro. — Como el viento, tiro blanco.
— Muy gracioso.
Con paso suave comenzamos nuestro viaje a la casa de Isabella, Caio decía que ella tenía una especie de casa hogar donde chicos con diferentes talentos tomaban un respiro en las vacaciones y hacían lo que querían en esa casa.
Me conto sobre los chicos que estaban ahí ese verano. Había una chica que te hacia un guardarropa nuevo según la personalidad de la persona.
El paso del caballo se hizo más rápido, desde nuestro lugar se veía como la luna pintaba su lugar en el cielo, el viento en la cara me hacía sentir libre, como si hubiera estado aprisionada por años y al fin hoy pudiera sentir el aire.
Sentía su respiración a mis espaldas. Sus manos estaban sobre las mías y me producían un sentimiento de calor. Cualquiera que hubiera despertado en la playa sin saber cómo llego ahí, sin saber quién son, y que solo recordaran su nombre, cualquiera en esa situación se sentirían nerviosos, temerosos, inseguros, y yo, yo me sentía en total libertad.
A lo lejos vimos una casa enorme con mucha luz, Caio dijo que esa, era la casa de Isabella.
— Llegamos a tiempo. — él bajo del caballo y después mi ayudo a bajar a mí. — Espera, voy a hablar con Isabella
Lo vi marcharse y entrar a la gran casa, comencé a caminar por los alrededores cuando escuché unas voces que venían.
— La vi caer al agua, el hasta del velero le golpeó la cabeza, cayó desmayada, llegué justo a tiempo. — oí que decía Caio. — Solo recuerda su nombre, Tini. Un poco inusual, ¿no? Pero muy original.
— Pobre chica, ¿no sabe de dónde viene?
— No, no sabe nada.
Vi que se acercaban, le sonreí tímidamente a Caio mientras que Isabella me observaba, de una manera sorprendida.
— ¿Violetta?
Nota: Me alegra que les guste, la verdad es la segunda vez que escribo una fanfic. En fin, espero les guste y si veo que hay votos para el viernes les subo dos capítulos mas. También si gustan leer algo más MaferAvitia tiene una historia llamada 'Reality' es buena. Saludos.
#Tinista
ESTÁS LEYENDO
TINI
FanfictionSinopsis: Violetta es la estrella juvenil del momento y a pesar de los malos momentos que le hace pasar la prensa, ella siempre esta dispuesta a subir al escenario, pero ¿que pasa cuando deja de ser ella? Tini llega a su vida de golpe y no se ira...