Ángel de Alas Rotas (Novela original de Michael Jackson)

Capítulo 15

Dos semanas después...

Ya han pasado dos semanas desde que me enteré de lo sucedido con Toñito. Sigo sin creer cómo le pudieron hacer eso...

Son unos malnacidos...

Dejé mis pensamientos a un lado al escuchar a los chicos discutiendo en la sala. Me levanté de la cama y salí de mi habitación, dirigiéndome a la sala.

Cuando llegué, me escondí tras la pared para escuchar con quien discutían... y me di cuenta de que estaban discutiendo con ellos... esos malditos que me traicionaron...

Evan y Jordan Chandler... los que me acusaron injustamente de abuso sexual.

-Por enésima vez... ¡¡¡NO VAN A VER A MICHAEL!!!- Les gritó Germán, sumamente molesto.

-¡¡Ya le hicieron mucho daño!! Solo... larguense- Les dijo Grecy.

-Pues lo siento... pero no me iré hasta que ese estúpido de Jackson diga que me dara el dinero que le pedí...- dijo Evan mientras sonreía con maldad.

Lo había olvidado. El muy maldito de Evan dijo que retiraría la demanda si le daba 23mil dólares. Obviamente me negué, pero él me sigue presionando para que le de ese dinero...

-Si quiere dinero... ¡¡pongase a trabajar!!- gritó Jaz, muy enojada. Esa chica es buena onda... pero tiene un temperamento de los mil demonios. -¿O es que es tan flojo que no sirve ni para trabajar?

-¡¡A mi me respetas, maldita mocosa!!- le gritó Evan. Apreté los puños, no soporto cuando un adulto le grita a un niño...

-Y si no ¿qué? ¿Me va a pegar? O peor... ¿me va a acusar de algo de lo que soy inocente? ¿Tal y como lo hace con Michael?- dijo Jaz, con un tono irónico y molesto. Me asomé un poco para ver que pasaba, y me horroricé y enfurecí con lo que ví.

Evan, furioso, le dió una fuerte cachetada a Jaz.

Malnacido... ¿¡Cómo se atreve a golpear a una niña en mi propia casa!? Esto es el colmo...

Me acerqué a él rápidamente y le dí un fuerte puñetazo que hizo que cayera al suelo. Los chicos me miraron sorprendidos, inclusive Jordan.

Miré a Evan con odio. -Nunca... vuelvas a tocarla... ¿me oíste, maldito estafador?- dije con odio y furia en mi voz. Luego, volteé a ver a Jaz. -¿Estás bien?-

-Michael, tranquilo... ya pasó- dijo Jaz mientras se sobaba la mejilla y se quitaba las pocas lágrimas que salieron.

-Ven Jaz, vamos a ponerte hielo- dijo Grecy y se la llevó a la cocina.

La miré irse y luego dirigí mi vista al maldito de Evan, el cual ya estaba de pie, mientras me miraba con odio.

-Lárgate de mi casa...- escupí con odio.

-No a menos de que me des el dinero que te pedí a cambio de retirar la demanda...- dijo.

-Por favor Mike, hazle caso...- dijo Jordan asustado, pero lo interrumpí.

-No me digas Mike... solo mis amigos me dicen así... tú no eres mi amigo...- le dije mientras lo miraba con decepción.

-Michael...- ví como sus ojos se llenaban de lágrimas. En otra ocasión me hubiera dolido verlo así, pero ahora... no puedo sentir ni si quiera lástima por él. Me traicionó de la peor forma posible y eso jamás se lo perdonaré.

-Solo vayánse... ustedes no son bienvenidos aquí- dijo Germán, ya harto.

-Ya se los dije, no me iré hasta que...- no pudo terminar, porque en eso entraron los guardias y los echaron de Neverland.

-¿Está bien, señor Jackson?- dijo Bill, el jefe de seguridad.

-S...sí, gracias Bill, puedes ir a descansar- dije aliviado. Bill solo asintió y se fue. Luego me tiré al sofá, estaba cansado emocionalmente.

-Ese tipo es un estúpido...-

-Lo sé...- dije. -Iré a ver a Jaz...- me levanté y fui a la cocina. -Hola... ¿ya estás mejor Jaz?-

-Sí, gracias Mike...- dijo mientras se quitaba la bolsa de hielo de la mejilla.

-Parece que ya se te quitó la hinchazón... ya estás bien- dijo Grecy y guardó la bolsa en el congelador.

-Gracias, hermanita- dijo Jaz y volteó a verme. -¿Y esos tontos ya se fueron?-

-Sí, llegó seguridad de repente y los sacó- dije con simpleza. -Por cierto... ¿saben dónde esta Toñito?-

-Mmm... creo que lo ví en el lago... de seguro está meditando...-

-Gracias Grecy, iré a verlo... nos vemos- salí de la cocina y me dirigí la lago.

Debo hablar con Toñito. Debo hacer que confíe en mí para poder ayudarlo... no puedo dejar que se consuma en su propia oscuridad como sucedió conmigo...

No pienso abandonarlo... porque él jamás me abandonó.