Maxwell

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No existe pasado sin culpa.
No existen personas sin culpa.
No existen personas honestas.
Ya ni siquiera sé que existe.

Para que me preocupo por saber la verdad de la vida si de igual manera mi vida misma no cambiará. Nadie puede cambiar mi pasado y no es lo que lo quisiera cambiar, hace que las personas me tengan respeto y miedo, me da igual si tengo amigos, prefiero saber que tengo el control sobre las personas.

Controlar todo y a todos.

Pero en este momento yo era controlada por una mala mujer que no dejaba ni un segundo su celular. Odiaba que siempre me ignoraba cada vez que teníamos que cambiarnos de ciudad, y ahora se preguntarán porque nos cambiamos de ciudad, bueno pues resulta que su adorada hija osea yo siempre me estaba metiendo en problemas.

Mi primer robo a los once, y no fue un chicle de la tienda, fueron todos los dulces. Arresto por allanamiento a propiedad privada, y lo peor es que era casa de mi abuela, nunca nos llevamos muy bien que digamos. A los quince arresto por robo de material químico de la escuela, pase todo un día en la comisaría esperando a mi mamá. A los dieciséis fui ingresada al tutelar de menores por año y medio, me acusaron de intentar crear bombas químicas con sustancias ilegales en el país, oigan tenía que aprovechar la tarjeta de crédito de mamá. Me vetaron de dos países y cinco continentes y ahora estamos camino a nuestro nuevo hogar en nuestro nuevo país.

-Pasajeros, estamos por llegar a nuestro destino, Nueva York.

-Al fin-dije cansada.

Al parecer le había hablado ah...es verdad ¡Nunca me escucha!

-Mamá-la llame.

-¿Mmm?

-Casi llegamos.

-Ah si-volvió a su celular.

-¿Con quién hablas tanto?

-Con mi jefe, estamos planeando una junta para los nuevos diseños.

-Oh...

-Si lo sé.

-...

Nunca encontraba algún tema de conversación con mi mamá, era complicado hablar con una importante ejecutiva de la moda. Da igual.

Al fin bajamos del avión, nuestro chofer no esperaba afuera con la camioneta.

-Hola James-salude feliz.

-Señorita Levent pero que gusto.

-James te he dicho que me llames solo Levent.

-Perdón es la costumbre-se río-Déjeme ayudarle-le dijo a mi madre quitándole las maletas de la mano.

-Vamonos-me dijo mamá.

-Sube tú primero.

Pero justamente unos tipos, tres para ser exacta pasaron justo detrás mío mirando el trasero de mi madre.

-Yo sí me subo ahí.

Me di vuelta furiosa.

Explosion De GeniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora