Shellee

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Ha pasado mijo tiempo desde que la capital a cambiado. Ya pasaron 8 años desde que el emperador murió y dejo al mando a un niño engreído e inexperto al mando que es influenciado por el primer ministro para crear caos, delitos y corrupción en la ciudad de Esdeath. Soy Levi Jegar y desde ahora soy el capitán general al mando para derrotar al ejercito revolucionario que se alzo en contra del emperador, ya también para capturar a un vieja amiga que se unió a la revolución y es acusada de 88 asesinatos de los hombres más acaudalados y ricos del imperio, Shellee es la asesina más buscada en Esdeath. Ambos fuimos entrenados como asesinos desde niños para servir al emperador, ella siempre fue la más destacada.

-asesinos... mi mente debería estar intranquila, pues... he llegado a matar a más de 285 o 385 ¿este mes? Ya perdí la cuenta. Entre ellos niños, ancianos, madres, familias completas... personas inocentes, pero no hay remordimiento alguno en mi mente. Creo que esto me sienta bien.- Sonrió.

-Piensas en voz alta, otra de tus malas costumbres, Jegar.- se escuchaba una voz en la oscuridad, pero no lograba identificar de donde venía. -por órdenes del Ejército revolucionario, hoy moriras.-

-¡oh! Shellee, ha pasado mucho tiempo.- Sonrió volteando a todos lados. -ven, convercemos como antes.-

-como sabrás soy una mujer muy ocupada, no tengo tiempo para eso.- A medida que hablaba se escuchaban pasos acercándose a mi en varias direcciones.

-dime, Shellee ¿porque has venido a matarme? Si somos buenos amigos.- empuño mi espada.

-por hombres como tu que protegen al emperador, la capital y toda Esdeath sufre de delitos y corrupción, personas inocentes están pagando por la irresponsabilidad de un niño que se cree dios. ¿escuchas eso?.- en el viento se escuchaba el tic tac de un reloj. -ha llegado tu hora, querido Jegar.-

La sentia tan lejos... si voz se oía tan débil, estaba preparado para cualquier ataque. Pero en sólo un segundo pude sentir su presencia a mis espaldas. Shellee atravezo mi estómago con algo realmente filoso. ¿pero que era? Con mi ritmo cardíaco acelerado more hacia abajo... ella me había atravezado con un par de tijeras tan grandes y altas como ella.

-¿cual es tu última peticion? Jegar.- susurra a mis espaldas.

-Cuéntame... Como es que llegaste a esta horrible profecion. Que te ah...- mi visión se hacía borrosa. Pero tenía fuerzas para entretenerla mientras llegaban los refuerzos.

-ya que era un viejo amigo, te contaré.- sonríe. -yo me crié en un hogar de señoritas al sur de Esdeath, como sabras en esos lugares siempre te enseñan a destacar como mujer en cualquier campo. Cada quien era buena en algo, excepto yo... siempre fue muy torpe y todo lo que tocaba prácticamente se rompía, mi vida estaba llena de "buena para nada" "inutil" "torpe" y "te falta un torinillo" ya que siempre causaba estragos en mi pueblo. Pero había una persona que a pesar de eso estaba conmigo, era mi antigua compañera de cuarto y mejor amiga, Lola. Todas las tardes tomábamos te en su casa mientras conversabamos, pero una tarde alguien toco bruscamente a su puerta. Era su ex novio un soldado militar que el entrar a la casa rompía las cosas mientras gritaba "¿porque me dejaste?", el estar bajo el efecto de una droga tomó a mi amiga por el cuello y comenzó a estrangularla, sentí que debía ayudarla así que empuñe un cuchillo de cocina y lo atravese en su cuello. Y en ese momento nunca antes había tenido la mente más clara como aquel día. Los jueces me dejaron en libertad tras haber pasado un tiempo del asesinato, pues fue en defensa propia. Pero al volver encontré a todas las personas del hogar de señoritas, muertas. Esta extraño no tenía miedo, mi pulso se mantenía normal y mi mente estaba despejada. Empuje el cuchillo que traia para protegerme y me acerqué rápidamente sin vacilar, mi cuerpo nunca se sintió más ligero y con tanta gracia. Al primero le di una apuñalada en el pecho y eso bastó para matarlo. Fue tan satisfactorio, así que continúe, a los otros les provoque fuertes cortaduras en las piernas para que no pudieran moverse. Mi corazón latia rápidamente por la adrenalina, era maravilloso ver en sus rostros ese gesto de temor, desesperación y odio. Uno a uno les fui cortando la garganta y fue entonces que me di cuenta de que la gente tenía razón, me faltaba un tornillo pero ese tornillo faltante hacia que fuera tan hábil para esto, Matar. Pero el remordimiento me mata poco a poco.

-espléndido... Era de esperarse de la gran Shellee.- sonrió.

-pero el precio de hacer esto es el de cargar con todo... cuando me uni al ejercito revolucionario me encargué de matar a violadores, sádicos, corruptos, asesinos... en simples palabras, demonios y ahora cargo con cada uno de ellos... ya cada paso que doy con ellos es un paso a la locura, un paso al limbo...- al pronunciar estas palabras Shellee retiro las grandes tijeras de mi espalda dejando caer montones de mi sangre al suelo. -89, 89, 89.-

Mi vista se hacía borrosa y mi respiración se cortaba a medida que caía mi sangre, el dolor era insoportable y me di cuenta de que era inebitable que muriera. Y mi respiración y los latidos de mi corazón cesaron.

-Bienvenido 89, demonio sin corazón, aquel que fue capas de arrebatar la vida de inocentes sin remordimiento alguno.- dejo caer mi cuerpo sin vida en el charco de sangre y siguió caminando. -desde este momento estas condenado a mi.-

Y me di cuenta de que realmente me había convertido en uno de los demonios que Shellee cargaba consigo. Eran 89 contando conmigo, desde ese momento estaba condenado a estar con Shellee y sufrir el dolor en carne propia, por decirlo metafóricamente, de las personas a quien Shellee arrebataba la vida... Y sin duda alguna era un dolor insoportable que tenía que cargar conmigo hasta el final de los tiempos. Y por fin sentí remordimiento y pena en mi corazón , pero esta vez fue por mi mismo.

-tan egoísta como siempre, Jegar.- sonríe.


---- by: ANNIE :3 ----

"89, El Demonio Sin Corazón"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora