Mejores amigos. Esas fueron las palabras más dolorosas que pudieron haber salido de la boca de ese chico de impresionantes ojos azules, el cual amaba. Así es, amaba a su mejor amigo, lo hacia desde antes pero al parecer solo eso podía llegar a ser de él.
Gali algo frustrada iba pateando una piedra mientras caminaba hasta la casa de Chandler, su mejor amigo.
Él la había llamado para avisarle que vaya a su casa a jugar videojuegos junto al resto de sus amigos. Todos los días se juntaban a la tarde a hacer eso, ella amaba ir y pasar tiempo con él, y aunque no estén solos, ella estaba feliz. Pero lo que la tenía frustrada ahora era que antes de terminar la llamada y en modo de despedida él le dijo: bien, te estaremos esperando, no podría empezar sin mi mejor amiga. Le hizo acordar cruelmente que solo eran eso, mejores amigos, nada más. Estúpido Chandler que no se da cuenta de sus sentimientos.
Llegó a la casa de los Riggs y tocó la puerta, la atendió Gina, la madre de Chandler. La dejó pasar con una sonrisa y le avisó que su hijo estaba arriba junto a Gray y Sam.
Devolviéndole la sonrisa, subió las escaleras hasta la habitación. Siempre se ponía nerviosa cada vez que se iba a encontrar con él. Sus manos le sudaban y su estómago se estrujaba. Toco la puerta y escuchó como paraban de hablar adentro, luego escuchó el: de seguro es Gali, de Chandler. Para luego ver la puerta abrirse y ver la cabellera algo larga y enmarañada y esos hermosos ojos azules, junto a esa preciosa sonrisa que era dirigida a ella de parte de su mejor amigo.
Cierto, por un momento se olvidó que eran solo eso. Deshizo rápidamente la sonrisa que se formo en sus labios al verle y sin saludarlo entró al cuarto viendo a sus otros amigos ahí jugando en la PS4. Chandler confundido por la actitud de la chica, se volvió cerrando la puerta detrás suyo y caminó hacia sus amigos.
-Hola chicos-saludó forzando una sonrisa para luego sentarse a un lado de Sam.
-¿Qué tal, Gali?-preguntó el rubio regalándole una sonrisa-. Tu sigues después de nosotros-le tendió uno de los mandos de PS4.
-Bien ¿y tú? Gracias-respondió tomando el mando que este le ofrecía.
Antes de que el chico pudiera responder, sintió a alguien sentarse a su lado. Por el escalofrío que sintió segundos después, supo quien era.
-¿Qué te sucede?-preguntó la persona que se sentó recién a su lado.
-No me sucede nada-dijo sonando cortante. No quería sonar así, pero todavía se sentía mal por lo que pasó minutos antes.
-Si te sucede algo, dime ¿hice algo mal?-preguntó preocupado de haber hecho algo que molestara a su mejor amiga. Pero es que no recordaba qué podría ser.
-No es nada Chandler, basta-dijo irritada de su insistencia. Luego de eso, nadie habló. Gray y Sam los miraban algo curiosos porque ellos nunca eran así. Sam, al fin dándose cuenta de lo que sucedía y del porqué del enojo de la chica, negó mientras fruncía el ceño viendo a su mejor amigo. Chandler podía ser bastante lento, hasta él se había dado cuenta de que la chica estaba enamorada del chico de ojos azules. Así que decidió ofrecer un poco de su ayuda y llamó a su amigo, pidiéndole que lo siga hasta afuera. Este, algo confundido lo siguió.
-¿Qué querías decirme?-preguntó el castaño.
-¿Acaso eres tonto?-susurró la pregunta el rubio.
-¿Ehh? ¿Por qué lo dices?-lo miró confundido por su repentina pregunta.
-¿Todavía no te diste cuenta del por qué Gali está enojada contigo? -preguntó todo mientras apuntaba hacia la habitación donde se encontraba la chica. Él castaño de ojos azules negó frunciendo el ceño. Sam suspiró antes de hablar-. Piensa un poco, ¿Qué fue lo último que le dijiste antes de cortar la llamada?