Cap. 2

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-Y cuanto falta- Hablo el rizado a su asistente mientras se probaba su traje-
-pues son las doce, a si que tienes exactamente dos horas para alistarte, pasar por tu novia y llegar con tu madre, en la cajuela está el regalo y no olvides salir exactamente a las cuatro veinte ¿ok?-
- claro Edi, ahora deja me peino-

Perfume regalado por el señor Hugo Boss de su colección más exclusiva, un traje de miles de dólares, zapatos de la mejor piel que hay y su cabello peinado con los productos más caros del mercado.
Aquel fino chico salió de su lujoso departamento y chasqueo los dedos haciendo que aquel joven hombre de la puerta corriera a darle su botella de agua a temperatura ambiente para que segundos más tarde un lindo deportivo negro se estaciona delante de él, justo el auto en el que quiere llegar por su novia.

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-Pero que lindo está mi bebé-
-gracias mami, pero tu no te quedas atrás ehh- madre e hijo se sonrieron y continuaron con su desayuno de forma rápida ya que después el pequeño tenía que ir a trabajar.

-Buen día, Amanda-
-Buenos días lou, ¿estás listo?-
-si, estoy algo nervioso... No es mucho de mi agrado trabajar para personas terriblemente ricas. Que tal si lo arruinó-
-No lo aras cielo, sólo no prestes atención a los comentarios que lleguen a decir, ellos pueden, o más bien suelen a ser muy crueles-
-Lo se, a si que pondré todo de mi para que no pase nada-
-Bien dicho, vente ayudemos a subir las cosas-

Ambos caminaron hacía sus compañeros y después de un saludo amistoso con sus compañeros pusieron manos a la obra.

Flores blancas y amarillas, gente con vestidos elaborados con las mejores sedas existentes, carros de precios exuberantes y gente sin tema de conversación que se dedica a presumir su dinero.

La familia Styles, una de las más adineradas del mundo. Con un puesto en el Parlamento inglés, madre y tías siendo condesas de Inglaterra y claro porque no teniendo un importante puesto en la ONU como la familia más ejemplar que busca el bien del mundo. Sin duda una familia totalmente diferente a los Tomlinson que eran simplemente los Tomlinson, sin un peso de sobra, transportandose a pie y viviendo al día, la única diferencia es que su felicidad de ellos si era verdadera y no comprada.

-ahora si estoy nervioso amanda-
-vamos Louis, sólo es llevar la charola-
- pero yo soy muy torpe
- vamos tu tranquilo, aún faltan dos horas, es más, el hijo ni siquiera ha llegado-
- bien, tomaré una pastilla para los nervios-
- claro, cariño. ve-

El tiempo pasaba y el castaño se negaba rotundamente a salir se la cocina, no es que estar ahí le fascinase pero realmente no quería quedar en mal ante esa gente.
Aunque también estando ahí, le daba oportunidad de preguntarse como aquella familia podía llegar a tener tanto y ser tan arrogante y a su mamá y a el irles tan mal y ser muy buenas personas, el mundo estaba loco a ojos de Tomlinson, pero suponía que Dios tenía una gran justificación a toda esta polémica.

La hora había llegado y con ello el momento de tomar aquellas bandejas también. »llevando una y pasando la prueba la segunda ya es facil« y tal vez su amiga tenía razón pues su primera charola sólo consistía en un par de copas que sin esfuerzo alguno llevo. Escuchaba a las señoras decir que si mañana iban a New York para comprar ropa pasaría por unos accesorios de oro finísimo y hombres conversar sobre finanzas y la forma de ser cada vez más ricos.

Un joven de rusos llamó su atención y no pudo evitar ver su hermosa sonrisa, y como su cultural cuerpo se apegaba a esas costosas prendas y tampoco evitó que su imaginación volará y se preguntará como sería andar de la mano con ese hombre, pero todo se caía cuando observaba a la hermosa mujer con la que iba y si lo pensaba mejor, él era un Styles y con decir eso era importante en todo el mundo y él era sólo un Tomlinson, ósea sólo conocido en su manzana y nada más.

Sólo faltaba una charla más que constaba de unos desabridos postres y después podría irse. Lamentablemente la única mesa faltante era... la más importante a si que con un suspiro tomo aquella bandeja y se encaminó a la mesa. Cuando llego todo iba bien le sirvió a la señorita Gemma, a su novio, a los señores Styles a la señorita Kendall y justo cuando soñó tenía que darle su plato a aquel bello hombre, este resbaló de sus manos y el jugo callo por su camisa para que el resto del postre terminará en su pantalon
-¡¿Pero que mierda!? - grito-
-L.lo siento tanto señor- el pequeño con inocencia trato de limpiarlo pero unas manos lo empujaron fuertemente-
-mira lo que has echo imbécil- grito la chica Jenner- salpicaste mi vestido
-Ven acá niño- el señor Styles lo tomo fuertemente del brazo haciendo al menor llorar- Vamos con tu jefe mocoso-
-No, déjalo papá no es para tanto-
-Que diablos dices Harry-
-Digo la verdad... iré al baño y lo limpiare-

El joven se levanto y se llevo consigo al muchacho que temblaba sorprendiendo asi a todos y la verdad mentiría si dijera que el mismo no se sorprendió pues la verdad lo hace, pero al ver a tan inocente criatura no pudo gritarle.
-En verdad lo siento-
-tranquilo, mejor dime que no lo hiciste propósito-
-claro que no, pero en verdad señor lo siento-
-claro, te perdono si me dices tu nombre- el joven se sonrojo y con una débil voz mencionó un simple y común »Louis« que si bien no significa nada, para el rizado fue un todo.

Polos Opuestos Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora