Tu & Yo.

Capitulo 1

Sophia

Los papeles se hacían un poco mas agobiantes, el silencio era cada vez mas incomodo y el cerebro no me carburaba lo suficiente como para pensar en tanto trabajo.

Quite los papeles del escritorio y decidí retirarme de la oficina. Salí tomando el bolso intentando desestresarme, tome el ascensor para dar al living y salir del edificio. Mis tímpanos recibieron el estruendoso ruido de claxon, alarmas, y una que otra persona gritando. Cruce una calle y pude ver el letrero de un café. Definitivamente necesitaba uno.

–¿Que desea?– pregunto amablemente una señora.

–Un café,por favor – dije, ésta anoto.

–¿Solo eso?– volvió a preguntar.

– Uhm, un cupcake–

–ok, enseguida–

Se retiro sonriente y empecé a golpear mis dedos contra la madera de la mesa.
¿Realmente que hacia yo aquí?
Y ¿Porque en realidad estaba tan deprimida?
No tenia las ganas para regresar a casa y estar exagerando cosas que no son. Ni siquiera me estoy entendiendo yo.

–Su cafe– hablo la señora poniendo el café en la mesa con el panecillo– y su cupcake.

–Gracias – respondi.

Lo tome y el suave sabor paso por mi garganta. Luego probé el pastelillo y sabía increíblemente delicioso. Benditos sean los que lo hicieron.

El móvil empezó a vibrar dentro de mi bolsa y lo saque. Era un mensaje.

Abraham : Te veré en tu casa ¿Te parece? ;)

No contuve una pequeña sonrisa y le respondí rápidamente.

En tan solo un tiempo yo y Abraham ya eramos una pareja oficial ante la familia, pero algo aun no me dejaba totalmente satisfecha. Algo me decía que andaba mal.
Termine la comida, deje en dinero sobre la mesa y salí, le hice una parada al primer taxi que vi y este se detuvo frente a mi .Di la dirección de mi edificio y el joven enseguida arrancó en la dirección. El joven tenia la radio encendida en una estación de música de Jazz, un tanto extraño ya que era un gusto diferente para alguien de su edad que podría no pasar los 25.
A medida que se acercaba al edificio se podía ver el reflejo de la puesta de sol en los cristales.
Baje del taxi después de pagar y me adentre en el gran edificio, siendo recibida por el botones, el ascensor me llevó al quinto piso y luego camine a mi departamento. Todo estaba tan silencioso dentro, que apenas escuchaba el ruido de afuera, suspire fuerte y pase al cuarto, me cambie de ropa y me puse un short corto y una blusa de manga larga blanca suelta, me quite los tacones y anduve descalza por la casa.
Talvez la razón por mi estado de ánimo era que estaba sola la mayoría del tiempo.
El timbre de la puerta sono y me pare a abrir, cuando lo hice un hermoso chico de ojos marrones estaba parado frente a mi con esa sonrisa preciosa.

–Sabes que no tienes que tocar– le dije sonriendo mientras el entraba.

–Lo se, pero me gusta ser recibido por ti – sonrio. Y cerré la puerta.

No tardo en que me abrazara y que yo rodeara su cuello con mis brazos. Definitivamente podría embriagarme con su olor.

–Te extrañe – confesé. Empezó a besar mi hombro.

– Yo te extrañe mas– dijo. Lo miré un tiempo y después uní mis labios con los de él.

Podía decirse que el era lo que necesitaba. Eso me hacia creer el cada que estábamos juntos.