Cuando Deja De Ser Juego|| Varanguiz (Editando)

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Eduardo
Espero que al llegar a mi casa estén mi mamá y mi papá juntos, porque si es así tengo que aprovechar este momento y hablar sobre las negociaciones que he estado teniendo con Napoli.

- Entro a la casa y ahí están mis viejos, están almorzando - Hola, llegue - saco las llaves de la puerta, dejo la mochila a un lado y voy donde ellos - ¿Cómo están? - le beso la cabeza a mi papá y a mi mamá una de sus mejillas.

- Bien y ¿Usted, hijo? ¿Tiene hambrecita? - dice cariñosamente mi viejita, como siempre.

- Bien también, un poco cansado, pero eso es lo de menos - me siento - "
Mamita ¿Me puede servir un poco de comida? - hago puchero y ella sonríe.

- Claro que si po, hijo - vuelve a sonreír y se levanta para luego irse a la cocina. Tan linda ella.

- Cómo estuvo el entrenamiento de hoy? - mi papá toma su vaso, bebe un sorbo de bebida y mientras hace eso me mira.

- Bien, un poco más duro que otras veces, el profe quiere ganar la Copa Sudamericana por eso hace que nos esforcemos el doble, de hecho dice que podemos mucho más pero que no nos exigirá más, nosotros sabemos nuestros propios límites" - llega mi mamá con un plato de pastel de papa, me lo deja al frente mío y se sienta.

- ¿No te han llamado de otro lado?- pregunta mi viejo mientras me mira.

- Soplo un poco del pedazo de pastel que había sacado - Si, varias ofertas, hay varias buenas y sobre todo para el extranjero, y eso quiero hablarles- me hecho el pedazo de pastel que estaba soplando y los miro, ellos también se miran y luego me miran a mí.

- Comase el pastelito primero, antes que se le enfríe - Sonrío al escucharla y le hago caso.

- Gracias, estaba muy rico mamita - ella sonríe - Como les estaba diciendo, ustedes saben que para mí la U es un equipo importante porque aparte de que es el equipo de mis amores, es el equipo que me ha hecho crecer futbolísticamente, pero hay veces que uno debe emprender nuevos caminos y cuando eso se da hay que tomarlos - trago saliva duramente, un nudo en la garganta se estaba formando - soy súper regalón, me encanta estar aquí, con ustedes... - me comienzan a salir lágrimas y ambos me toman la mano.

- Sea cual sea su decisión hijito, lo vamos a apoyar y vamos a estar con usted en todas - mi mamá me besa la mano que estaba sosteniendo.

- Si hijo, la mamá tiene razón, siempre lo apoyaremos y vamos a estar siempre - me seca las lágrimas y luego se acerca a besarme ambas mejillas.

- ¿De dónde lo llamaron, Eduardito? - miro a mi madre que tenía su mirada en mí.

- Me llamaron de varios club pero me ha estado convenciendo más Napoli, en Italia.

- Si eso le gusta, hágalo, acepte y vaya a seguir cumpliendo su sueño hijo, nosotros estamos muy orgullosos de ti, muy felices también.

- Son los mejores viejos que me pudo haber tocado, de verdad lo digo, gracias por estar siempre conmigo - les beso las manos a ambos y luego los abrazo.
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Charles
He llegado a la casa de mi mamá, al parecer no hay nadie porque no se siente ni bulla, quizás mi mamá estará en el Nueva Esperanza, donde yo jugaba cuando niña y ella trabaja ahí actualmente.

- Ya estoy acá ¿Hay alguien? - siento como alguien baja corriendo las escaleras, era mi hermana chica, Camila.

- ¡Hermanito! - Se tira encima mío y me abraza- Te extrañaba mucho - sonríe - La mamá salió con la abuela ¿Tienes hambre?.

- Sonrio - Si ¿Me cocinarás algo rico para comer?

- Ríe - ¡Ja! Olvídalo, es para que te vayas a servir" - me mira feo - quería que le hiciera comida el perla- vuelve a reír y me abraza - Ay hermano, espero que esta vez estés más días aquí y no en la concentración, con la enana (Maithe) te extraños caleta y obviamente que la mamá y la Feña igual.

- Le beso su frente - Yo también las extraño mucho, es muy duro todo esto pero es el esfuerzo para que tengan todos lo que necesiten hermanita, nada les faltara -le hago cariño en sus mejillas.

- ¿Por cuánto tiempo estarás? - me mira tiernamente.

- Casi dos semanas, la Copa Sudamericana se acerca y el profe quiere que estemos entrenando a full por eso igual nos dio un poco más de una semana - me mira molesta pero más que molesta se ve tierna.

- No es justo, debería darte más tiempo, una semana es poco.

- Me pongo a reír porque es tan tierna mi hermanita - No es una semana - vuelvo a reír.

- Rodea sus ojos - Bueno una semana y 3 días todo apretados - me pega y me abraza fuerte, hasta que el sonido de la puerta nos separa.

- ¡¿Charles Mariano?! - me doy vuelta y veo que mi mamá deja unas cosas en el suelo y rápidamente voy donde ella - ¡Hijo! - se pone a llorar y la abrazo fuerte.

- Ay mamita linda - le beso la frente - "No llore po" - me pongo a reír mientras ella sigue llorando.

Mi mami ha sido una de las personas que más me han apoyado en relación al fútbol. Desde muy niño la acompañaba a los entrenamientos y es así como me entró el bichito por el fútbol y comencé ahí a dar mis primeros pasos hasta que a los 15 me fui a Cobreloa a jugar por primera vez en un Club Profesional.