Es interesante lo que te puede hacer recordar un libro que libremente te das a la tarea de leer en la biblioteca de la Universidad, porque no tienes nada más que hacer. Mientras esperas una hora para la emocionante, para algunos y aburrida para muchos, clase de Literatura dadas por el profesor Jacob. Un hombre alto y delgado, de estatura de un metro y ochenta, cabello negro totalmente oscuro, con ojos color azul, con una encantadora barba y unas cejas tipo poblanas, y con una sonrisa en cada clase. Es como si siempre estuviera feliz y tuviera esas ganas de vivir la vida a su manera. Este hombre es el suspiro de muchas alumnas que cursan en la Universidad de Sarasota.
Mientras leía "Rayuela" por el autor Julio Cortázar un libro que compre hace 15 días en la librería que esta frente a la cafetería donde me reuniría con un compañero. A estar a mitad del libro, simplemente conmovida por la historia que me iba atrapando, de repente se abrió una imagen dentro de mi mente en la que se encontraba Scott. Mi primer novio a los 17 años y que actualmente, seguimos estando en contacto como amigos. Pero hemos decidido alejarnos por el bien de los dos hace dos semanas, al leer lo siguiente simplemente fue inevitable pensar en él:
"Y debo decir que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido. Que nunca intentaré olvidarte, y que, si lo hiciera, no lo conseguiría. Que me encanta mirarte y que te hago mío con sólo verte de lejos. Que adoro tus lunares y tu pecho me parece el paraíso. Que no fuiste el amor de mi vida, ni de mis días, ni de mi momento. Pero que te quise y que te quiero, aunque estemos destinados a no ser."
De no haber sido por Alice — mi mejor amiga desde los 5 años de edad, aunque claro, como cualquier amistad algunas veces duramos meses sin hablarlos por alguna tontería sin sentido. Pero al final siempre terminamos hablándolo porque sabemos las dos que seremos amigas hasta que nos hagamos ancianas, porque, aunque no me crea la quiero como la hermana que nunca tuve— que se aproximaba a unos metros gritando mi nombre desesperadamente como si tuviera algo importante que decirme. Me habría puesto a llorar por lo que antes había leído. Ya que tuve un sentimiento cercano hacía Scott. Era algo que se había ausentado en mi ser y que de nuevo empezó a surgir, pues, aunque Alice lo odie con toda su alma, y me repita demasiadas veces que lo olvide para siempre. Porque para ella es un ser que no me merece, a pesar de eso, lo sigo esperando. Con muchas ansias sigo esperando volver a estar a su lado mirándolo detenidamente. Donde sus hermosos ojos me persiguen la mirada, sin duda sus ojos son lo que más me agradan de él. Su sonrisa como olvidarla si considero que es la mejor sonrisa que mis jodidos ojos han descubierto en este mundo. Realmente no entiendo como una persona como Scott para mi es difícil dejar ir. Como es que le tengo tanto cariño a pesar de todo lo que he vivido con él. Creo que, si eso no es amor, no sé realmente que sea pues sé que jamás me había sucedido algo igual.
Rápidamente, puse el separador en la página para no perderme y seguir leyendo donde me había quedado en la lectura para poder dar toda mi atención a Alice, — la miré fijamente a los ojos un poco sorprendida por el hecho de realizar tanto escándalo al llamarme — desde muy lejos se veía venir una muy buena noticia. Fue fácil adivinar por la expresión en su rostro que lo delataba. La misma expresión que un niño tiene cuando su padre le compra el juguete más deseado para su cumpleaños.
—¡Oh, dios Penny no sabes lo que me ha sucedido! — dijo mientras sacaba de su mochila un documento. Fui seleccionada para candidata como presidenta de la escuela. Estoy tan emocionada, Penny. Eres la primera en saberlo, ¿No te emociona?
—¡Claro que sí!, Alice. Eres mi mejor amiga, me da mucho gusto por ti. Sé que sí ganas serás la mejor presidenta de esta Universidad, inigualable. —le respondió orgullosa—. Tenemos que celebrar juntándonos hoy para una pijamada ¿lo recuerdas? Como cuando éramos niñas, por favor Alice.
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Amor contra destino
RomanceEs un amor donde la única solución es continuar o dejarlo todo.