1_• iniciando la pesadilla 1•

483 36 24
                                    

--          Naraku no tardaré mucho; por favor cuida a Inuyasha por mi.
 

-          Claro querida, sabes que quiero a Inuyasha como un hijo aunque no lo sea.
 
-          Gracias amor, te amo  *besándolo*
 
-          Cuídate linda
 
Naraku era el esposo de Izayoi, la madre de Inuyasha, una mujer físicamente maravillosa, igual que su dulce personalidad.  Su esposo era un hombre de unos aproximados 28 años, cabellos negros y piel blanquecina; una persona realmente adorable pero de igual manera despreciable.
 
Conoció a su esposa hace ya varios años, cuando recién ella había tenido a  su hijo Inuyasha; se enamoro de ella a primera vista, era una mujer dulce, esbelta, hermosa, no tenia comparación; decidió ofrecerle toda su ayuda llegando su relación a lo que eran actualmente.

El había ayudado a criar al pequeño  Inuyasha, el cual tenia 5 añitos… aun se sorprendía de los extraños pero hermosos rasgos del niño; cabellos plata los cuales se podían comparar con el brillo de las estrellas, su dulce piel acanelada y sus ojos felinos color ámbar… sin duda magnánimo.

No recordaba en que momento de su vida  había empezado a querer más de lo normal al pequeño, se había enamorado de su ternura, de su inocencia, de su cuerpo.  Se había obsesionado con aquel pequeño de orbes ámbar; era tantas su obsesión que muchas veces cuando se bañaba se auto complacía pensado que poseía el cuerpo del infante.

-          Na… Naraku-san, donde esta mi mami?

-          Tranquilo Inuyasha, volverá pronto; mientras eso estarás conmigo *mirándolo maliciosamente*

El menor dudo, conocía a Naraku y sabia que era un buen hombre, pero algo de el lo asustaba, le temía a aquel hombre de mirada ónice.

-          Iré a jugar en mi habitación     * un tanto nervioso*

-          Quieres que juegue contigo?

-          Yo… yo

-          Ven, te enseñare un nuevo juego.

El azabache  tomo de la mano al niño y lo arrastro a la habitación, lo aventó a la cama y se posiciono encima del pequeño cuerpo.

-          Na… Naraku-san, que esta haciendo?

-          Shhh, se que te gustara  este juego, pero debe ser un secreto entre los dos  * Acariciando el rostro del menor*

Inuyasha  iba a responderle pero sus labios fueron apresados por la boca del mayor.  Naraku se deleito  al besar la inexperta y pequeña boca del menor; tan pequeña, tan dulce, tan inocente; se había enamorado del pequeño que yacía debajo de su regazo.

Sintió como los brazos del niño le golpeaban el pecho; rompió el beso un tanto molesto y observo como el niño trataba de respirar desesperadamente.

Sintió como los brazos del niño le golpeaban el pecho; rompió el beso un tanto molesto y observo como el niño trataba de respirar desesperadamente.

-          Ahhh… ahhhh   *respirando con dificultad*

-          Lo siento, olvide que tan solo eres un niño

Limpio las lagrimas que surcaban aquellas hermosas orbes doradas, beso su mejilla con delicadeza y poco a poco fue descendiendo hasta llegar a su níveo cuello.

-          Yo… yo no quiero jugar a esto  *dijo con la voz quebrada*

-          Tu solo tienes que quedarte quietecito, yo hare el resto; no te preocupes.

Recuperando Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora