Querido David Bowie,

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no es raro que empiece escribiéndote a ti. Te echo de menos, al igual que echo de menos muchas otras cosas. Y como de echar de menos va la cosa, ¿qué menos que contártelo a ti? Echo de menos a mi mejor amiga, la cual a veces me replanteo si verdaderamente es persona o solamente un saco de mantas inerte. Te diría que echo de menos ser querida por un chico, pero solamente lo ha hecho uno y era cosa un poco de críos.

¿Sabes qué mierda es estar enamorada y no ser correspondida? Bueno, supongo que sí. Has vivido 69 años y, al menos en el instituto, lo has tenido que pasar, en tus tiempos mozos. Seguro que también has tenido muchos amigos. Los míos son geniales, y suelen estar ahí para todo. Aunque a veces siento que yo soy un poco pesada con mis problemas, y por eso mismo te estoy escribiendo ahora. Pero tranquilo, no solamente te voy a atormentar a ti.

Hoy, de ánimo, he estado mucho mejor que ayer. Y, ayer, estuve mucho peor que el día anterior. Pero eso es un poco del pasado. Hoy, presente, he hablado con ese saco de mantas que parece poder hablar y la he puesto al día un poco. Ahora me estoy acordando de muchas cosas que se me han olvidado. Pasado. Ya se las diré.

Mañana tengo examen de Sociales, mi maestra es algo peculiar. Se llama Manuela. Ya te contaré. Futuro.

Me voy a dormir. Presente. Son las doce en punto y voy a tratar de descansar. Últimamente me suele costar, y no sé por qué. Pasa una buena noche.


Con admiración,

María.


P.D: ¡Prometo escribirte cartas más largas!


10/04/2016

Cartas a los muertos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora