Capitulo 1

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A veces uno no sabe cuándo la vida te dará una sorpresa.

Aquella tarde de invierno, cuando el sol apenas estaba escondiéndose en el horizonte, salí de la facultad de periodismo acompañada por Melissa y Anthonier.

Al sentir el frío viento, saqué mis guantes morados del bolso y me los puse. Vaya que el clima estaba helado.

Anthonier se acercó a mi por detrás, me abrazo y comenzó a besar mi cuello mientras esperábamos el autobús que nos llevaría de regreso a nuestro barrio. Ese mismo día, recuerdo que el quería venir a mi casa por la noche, pero como yo ya sabía sus intensiones, no accedí.

Ya había pasado una noche con él y no me había gustado.  Anthonier no era el chico indicado para mi. Solo lo veía como un amigo... con algunos derechos especiales. Pero, ese día en particular, no tenia ganas de estar con nadie. Y el lo sabia.

Me aleje de él y camine junto a Melissa, quien observaba con bastante preocupación la toma de apuntes de la clase que acababa de pasar.

-No sé cómo estudiaré todo esto en las vacaciones.- dijo, agarrándose la cabeza.

-Estudia, pero también disfruta.- respondí.

Ella asintió.

Luego de eso, recuerdo que llegué a mi casa con un gran cansancio. Entré, arrojé el bolso sobre mi cama, corri hacia el baño y me di una ducha. Cuando salí, allí estaba mi madre, parada contra la pared con un sobre en la mano. ¿Quién podría haber imaginado que ese sobre iba a ser un pasaje para Londres por tres semanas?

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Me encuentro en el avión rumbo a Londres. A mi lado, hay un hombre de unos 30 años, que cada tanto, me mira de reojo. Cuando cruzamos mirada, el me sonríe y guiña el ojo. Siempre he sido de mente muy abierta, pero estar con un hombre nueve años mayor que yo no forma parte de mis planes. Al menos por ahora. Decido ignorarlo y concentrarme en el viaje.
Unas horas después, llegamos.


Me bajo del avión, busco mi maleta y comienzo a caminar en busca de un taxi que me lleve al hotel.


Cuando llego, dejo las maletas, me doy una ducha y me cambio lista para salir a recorrer. Me pongo un pantalón de jean negro, un gorro rosa en la cabeza y mis famosos guantes morados.


Salgo del hotel y comienzo a caminar. Al cabo de una hora, llego a un restaurante muy lujoso. ¡Si! ¡Lo conozco! Lo he visto, pero siempre por la televisión. Aquí es donde se reúnen siempre las celebridades. ¡No puedo creerlo!

Me quedo afuera unos minutos esperando por si alguien sale, pero decido que es una locura morir de frio ahí. Estoy a punto de irme cuando veo a un hombre muy guapo retirarse del restaurante.


Es... ¡Jake Benson! ¡Oh por dios! No puedo creerlo, el ha sido mi amor platónico desde que tengo 15 años y siento que de verdad lo amo. Desde que lo conocí en una de mis series preferidas, no me ha gustado otro hombre. Es él y solo él. El amor de mi vida.


Me quedo petrificada unos segundos pero luego reacciono. No puedo perderme esta oportunidad.

Corro hacia él y cuando estoy a punto de llegar, me resbalo con la nieve y caigo al suelo.


El observa lo ocurrido, se acerca a mi y me ayuda a levantarme. Esto no me sorprende debido a que sabia que era una buena persona.


-¿Estas bien?- pregunta, y ya quedo enamorada por su acento.


Lo miro fijamente y sonrío. Al ver que no respondo, el se ríe.


¡Maldición, Hanna! ¡Pareces una loca!


-Sí.- respondo y trato de actuar tranquila.


-¿Has venido por un autógrafo?- me pregunta, quitándose una lapicera negra del bolsillo de la chaqueta.


¡Eso seria genial! ¡Un autógrafo de Jake! Pero... eso solo me servira por un tiempo. Ahora, me firma la hoja y luego se va, sin decir ni una palabra mas. Necesito algo para pasar mas tiempo con él, no quiero que se marche.


-No.- sacudo la cabeza.- Mi nombre es Hanna Montgomery.- digo extendiendo mi mano, el la entrelaza.- Soy una periodista de Estados Unidos y me han mandado aquí para hacer un reportaje de cómo es la vida de un famoso de Londres. ¿Le gustaría participar?

El me mira, realmente intrigado.

-¿Como sería eso?- indaga.

-Tendríamos que pasar unos días juntos. Tres semanas exactamente.- al ver su cara de sorpresa y molestia, agrego algo mas.- Pero no todo el día, por supuesto, solo un par de horas. Usted elije: mañana, tarde o noche.


Finalmente, acepta y yo siento como mi corazón late fuertemente.


Me sube a su auto y comenzamos a ir hacia su casa. Por supuesto que van dos hombres corpulentos con nosotros, es su seguridad.


Mientras miro por la ventanilla, pienso: ¿Qué demonios acabo de hacer?




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⏰ Última actualización: Jun 28, 2016 ⏰

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