- Sé sincera conmigo, ¿te gusta así como está, o le hacemos las modificaciones que querías?
- ¡¡OMG, Ji!! ¡¡¡Quedó perfecto, me encanta!!! - la chica se levantó la remera para ver cómo había terminado el dibujo de fénix que tenía sobre las costillas. Lo miraba una y otra vez, embelesada. Era hermoso. Volteó feliz y le dio un enorme abrazo, agradecida por su trabajo.
El muchacho la observó satisfecho. Luego de varias sesiones, podía ver su trabajo finalizado. La chica le pidió que le tomara una fotografía y la subió a su cuenta de Instagram y, cinco minutos después, ya tenía cientos de miles de likes y comentarios que le preguntaban dónde se había tatuado esa maravilla. Las ventajas de ser la hija de un actor famoso.
- Tendré el estudio lleno de chiquillos queriendo su primer tatuaje. Debes aclarar que tenías el permiso de tu padre para hacerlo, pequeña. - el joven artista cerraba los frascos y preparar todo para el siguiente cliente.
- Ya no soy niña, Ji, soy una mujer. - le dijo con voz seductora, clavando su mirada penetrante en él y poniéndose entre la mesa y sus brazos. - Mi primer tatuaje y hecho por ti... nunca lo voy a olvidar. - le ronroneó. Él carraspeó un poco incómodo con su descarada cercanía.
El chico se puso tenso, pero permaneció sereno frente a sus ojos. - Rose, eres mi amiga y eres menor de edad, entre muchas otras cosas más. Esto no está bien.
- Sé que no gustas de mí, pero eso no me detiene. - la chica lo abrazó por un momento de la cintura y frotó su nariz por su barbilla. El chico suspiró duro, pero la dejó enredar su lengua con la suya y se dejó llevar por un momento de la calidez y suavidad de sus labios. Suspiró contra ellos y le explicó con mucho tacto que no quería arruinar todo entre ellos y que ella merecía a alguien de su edad y que estuviera loco por ella.
La chica estaba con el corazón hecho un puño, al escuchar que su primer amor la rechazaba. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Él se sintió fatal y la abrazó.
- No quiero lastimarte, Rose, tienes que entender que no es posible. Lo siento, pequeña. - le besó suavemente la frente y la estrechó contra él. Le dio un casto beso en los labios, cuando sintió las manos traviesas de la chica en su entrepierna. Oh mierda... - Rose, no...
- Un beso no me basta, Jiyong... - se hincó de rodillas y lo observó lujuriosamente, contemplando el rostro estupefacto del muchacho. - Nadie se va a enterar. Y lo que yo deseo es que no me olvides jamás. - empezó a masajear con insistencia su entrepierna, caliente y dura entre sus manos. El chico intentó resistirse, pero su morbo pudo más. Sus ojos se ensombrecieron con lujuria y la mandó poner seguro a la puerta. Dejó que bajara sus pantalones, su ropa interior y que lo rodeara con la humedad tibia de su boca. Oh...
Tiró la cabeza hacia atrás, al momento que un gemido muy fuerte escapaba de sus labios. Ella se levantó y lo jaló de la nuca para besarlo con fuerza. Jiyong la tomó por la cintura y profundizó el beso con tantas ganas que la hizo gemir.
- Maldita sea, Ji... ¿por qué mierda eres gay? - lloriqueó en su cuello, aspirando su aroma.
- Por qué nací así, lo siento, pequeña. - se rio el chico en su cara, haciéndola suspirar con frustración. Menudo desperdicio de hombre. La miró seductoramente y le sujetó la barbilla, lamiendo sus rosados labios. La chica dio un respingo. - Ahora... ¿vas a terminar de agradecerme por el tatuaje o no?
Youngbae llegó al estudio un poco antes de la cita, pues quería terminar de discutir el diseño con Mark. Avanzó entre las mesas donde varios tatuadores y clientes revisaban los diseños, ignorando las miradas que se posaban sobre él. Con su mohicano rubio, su piel morena, su sonrisa de niño travieso y su físico de escándalo, llamaba mucho la atención a donde quiera que fuera. Con actitud altiva avanzó hasta ubicar a su amigo sentado en su oficina, al fondo del estudio. Su rostro se ensombreció en el acto.
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Ink
FanfictionSomos criaturas que ceden ante las tentaciones. Y no hay nada más excitante y tentador que marcar tu piel para siempre, algo de lo que no te puedes arrepentir. Marcar tu piel con tinta, con arte, puede volverse adictivo. Y hacer algo nuevo, por prim...