Fly

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Flashback



"No lo hagas, no debes cometer una estupidez como aquella. No, vuelve a tus sentidos, JiMin. Sal de aquí, escapa..."



Una voz en el interior de su cabeza se encargaba de repetirle una y otra vez que estaba haciendo algo que no tenía sentido, caminando hasta un viaje sin retorno de llegar a seguir con su plan. Él estaba consciente de todo, sentía más que nunca el agua rozar cada centímetro de su piel, el cómo cada poro reaccionaba ante la fría temperatura de aquella bañera, mas no hacía absolutamente nada por impedir que la hipotermia no se apoderara de su anatomía. Hace días no podía soportar todo el trabajo que tenía encima, las grabaciones, las presentaciones, lo ensayos, las sesiones de fotos; ya no podía más. A esto se sumaba el complejo que hace ya meses cargaba sobre los hombros: su peso. Cada día sentía que aumentaba un kilo, que sus mejillas se veían más grandes y que los músculos de su cuerpo iban perdiendo forma, sobretodo en su abdomen. ¿Qué sentido tenía continuar así? Sus fuerzas se esfumaban, sus sonrisas desaparecían y nada lograba frenar sus pensamientos.


Así fue como terminó en su estado actual, con unas prendas ligeras, rasgadas y con un par de fotografías en sus manos. En ellas sus amigos mostraban expresiones llenas de felicidad, se veían radiantes en cada imagen que pasaba. ¿Les extrañaría? Más que a nada en el mundo. Se habían convertido en su familia, más que mal había compartido años enteros a su lado, enfrentando peleas, risas, llantos, momentos duros; un etcétera gigantesco. Esperaba que le pudiesen entender, que todo ocurriera en un segundo y que los miembros no sufrieran por él. La decisión estaba tomada, algo que se reflejó cuando manipuló el encendedor que descansaba en la parte seca a su lado, el cual encendió para acercar el fuego hasta el papel, observando como éste se consumía junto a todos los recuerdos que tanto añoraba. Fue así que el actual pelinegro lanzó las fotografías antes que la llama tocase sus falanges, donde también su cuerpo comenzó a bajar de manera lenta, experimentando como poco a poco el agua tocaba su mentón, sus labios, la punta de su nariz... No había vuelta atrás, ¿verdad? Las cartas ya se habían puesto sobre la mesa y él simplemente las estaba jugando. Quizás no de la mejor manera, pero su desesperación lo acorraló a ello.


Pasaron los segundos, los minutos, ya no sabía qué ocurría a su alrededor, sólo sentía la falta de oxigeno en sus pulmones, pero por extraño que pareciera, no estaba desesperado. Su cuerpo se hallaba totalmente sumergido y sus ojos vislumbraban lo que, según él, serían sus últimas imágenes. Pequeñas memorias le inundaban, haciéndole sentir un poco más tranquilo, sin dejar que el miedo de no saber a qué lugar iría ahora le abrumara. Una sonrisa se presentó en sus cerezos cuando una leve convulsión asaltó su sistema, algo que le advirtió que el fin estaba más y más cerca. "Es todo" pensó, dejando que la inconsciencia le abrazara, cerrando sus ojos con lentitud, sin embargo, un grito y una persona angustiada entró en el cuarto de baño, aquel que cría haber cerrado con llave.



- ¡PARK JIMIN, ERES UN MALDITO IMBÉCIL!



Un alarido desgarrador fue lo último que alcanzó a escuchar, no teniendo ni la menor idea de quién se trataba, debido que justo en ese momento se desmayó. Lo más probable era que uno de sus compañeros llegó a tiempo, o quién sabe, quizás ya era muy tarde para él.

It's overDonde viven las historias. Descúbrelo ahora