La puerta se abre de sopetón y sus ojos aturdidos buscan algo,está sin aliento, pero sigue preciosa, siempre lo está. Sus ojos marrones claritos se posan en mí y desvío la mirada. No puedo soportar sus ojos,clavándose en mi como dagas. Siento que me ruborizo y espero que no me esté mirando ya.
Oigo como sus zapatillas resuenan contra el suelo.Y de repente habla.
-Hola chicos, siento haber llegado tarde,pero el tren estaba hasta arriba de gente y...
Steve la interrumpe
-Tranquila-y se ríe ante su evidente estrés
Steve es mi mejor amigo, lo conocí en la escuela con once años.Y a ella también, somos inseparables desde entonces. A los demás los fuimos conociendo poco a poco. Ella se lleva genial con mi hermana:Brooke, lo cual es una evidente ventaja.
Se ríe y toma asiento al lado de Steve,quedando ella entre medias de nosotros dos.
-¿Tenéis agua por ahí? -dice,mostrándonos su evidente fatiga
Y entonces intervengo yo.
-Tenemos algo mejor-digo,sabiendo que le encantará,y será un punto a mi favor.
Se gira hacia mi, y sonríe.
-¿El qué?-dice impaciente.
Voy a la nevera y sacó tres cervezas de mantequilla. Ella sonríe más,evidentemente sorprendida, es su bebida favorita.
-Gracias-dice mientras se la entrego
-Un placer.
