Capítulo 2

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CAPÍTULO 2

– ¿Qué haremos si no vuelven? –Preguntó Jennifer desde el otro lado de la habitación.

–Esperar. –Le respondió Sebastien, quien miraba por la ventana.

Decenas de personas, miles de gritos de horror y personas atacando a otras, la escena era casi indescriptible. Niños llorando por sus madres, otros sin vida sobre el pavimento mientras que los infectados se encargaban de acabar con las vidas de más seres humanos e inocentes. Sebastien no pudo más, entró en un leve pánico y estrés postraumático, pero no lo demostró frente a Jennifer, quien al parecer ya se encontraba más calmada que antes; él se dio media vuelta y como si nada ocurriera, le sonrió.

Fue la sonrisa más sincera que le pudo haber regalado algún día, la más sincera después de su ruptura y después de haber tenido tiempo sin llegar a verla.

–Vamos a salir de esta –Le extendió la mano y ella la tomó, cuando de pronto algo chocó contra su puerta e intentaba abrir desesperadamente la cerradura. Jennifer dio un paso atrás, y cayó el llanto con su propia mano, Sebastien le besó la frente y le mumuró.

–Pase lo que pase, ten esperanza.- Su voz se quebró, ella negó al adivinar las intenciones que Sebastien tenía, tomó aquel trozo metálico que había tomado con anterioridad e inhaló todo el aire que en sus pulmones se pudiesen contener y tembloroso tomó la perilla de aquella puerta blanca.

–Vuelves a dejarme sola, como siempre. –Jennifer reclamó con un leve toque de furia en su voz, la revelación de su parte había llamado la atención de Sebastien quien se dio media vuelta con el ceño fruncido.

–No te he dejado sola en ningún momento.

–Lo hiciste antes, lo harás ahora. Es un don tuyo el dejarme siempre, con mi dolor, con mi sufrimiento y frustración. –Su llanto se detuvo, puesto que en sus adentros no existía nada más que rabia y enojo, por las situaciones tan parecidas que anteriormente había vivido con aquel hombre quien respiraba agitado, debido a la frustración.

–Pues si tanto te enoja, ven conmigo. No podemos.. –Otro golpe interrumpió sus palabras y se sobresaltó, pero decidido tomó la perilla de la puerta, sin esperar a que ella le respondiera; dio media vuelta sobre su cuerpo y tomó el tubo como si fuese un bat de béisbol.

–Escóndete en el baño, te diré cuando salir. –Le ordenó con su clásica voz autoritaria, y ella sin más, obedeció.

Sebastien se preparó mentalmente, puesto que sabía que aquella mala decisión no podía romperse y mucho menos ahora, cerró los ojos, se relamió los labios y sin dudarlo, abrió la perilla…

Gritó para su sorpresa y terror, pero sin pensarlo golpeó al infectado en el pecho pero de nada funcionó, intentó morderle pero Sebastien lo evadió; se trataba de Martin, quien sangraba abundantemente de su cuello, pero sin piedad, el doctor le golpeó la cabeza, atravesándole ésta.

Su respiración era agitada, su ropa manchada por la sangre de quien le había salvado la vida y por su mente el temor por aquella criatura. Miró por el pasillo y al parecer nadie se encontraba rondando, ni siquiera un infectado, así que se devolvió al interior de la habitación y buscó a Jennifer.

–Ya puedes salir –Le ordenó.

–Tenemos que ser rápidos, anda –La tomó del brazo y ambos salieron corriendo de aquella habitación, no sin antes escuchar el grito por parte de la mujer al ver el rostro desfigurado de aquella persona.

– ¡Shhh! –Murmuró Sebastien y Jennifer asintió preocupada.

Ambos caminaron por todo el pasillo y tomaron las escaleras, las cuales, para su mala suerte se encontraban a oscuras y por si fuera poco, gemidos de dolor provenían de aquel lugar, pero no les quedaba de otra más que bajar y buscar ayuda.

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⏰ Última actualización: Oct 19, 2013 ⏰

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