1- Play with me, paradise

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Como un día cualquiera, la escena comienza buscando el objeto que era tan preciado para mí, pero de nuevo, al esculcar por los cajones, debajo de la cama y en la casa de las ratas , no hallé nada, ¿cuántas veces debía buscar en la habitación para que apareciera?. -Toc,toc- la puerta , más trabajo. Abrí y Kitan'N me avisó lo que ya sabía. Agradecí a Kitan'N y me dirigí a la habitación 108, observé la puerta, suspire, enseguida entré y me senté al lado de la persona que me estaba esperando.
-Lamento haberle hecho esperar- cortés inicié la conversación.
-Todo sea por refrescar mis ojos viéndote- sus ojos podridos recorrían todo mi cuerpo de rincón a rincón.
-No diga eso- "seguramente es el efecto contrario, se los arrugara como pasas." - No soy gran cosa.
-Podrás no serlo pero debo rescatar de lo que has dicho la palabra "gran", tu gran cadera y trasero- mientras lo decía, al mencionar la cadera, su mano estaba en ella, palpándole y posterior a mi trasero.
-Hubiese querido charlar un poco más- me estremecí a su tacto pero sin llegar a sentir nada más que un roce.
- Es innecesario, no pagué para conversar, lo hice por la acción, y...-saco eso, el sonido del blíster, cuyas cavidades estaban vacías y solo quedaban pocas de las pastillas, sacó una, que mantuvo en su mano y luego prosiguió- quiero que valga la pena- introdujo la pastilla en mi boca, haciéndola tragar de forma brusca. -A partir de ahora te callarás y harás lo que deseo-. Lo último que escuché, la droga había hecho efecto, estaba en trance, como siempre, me porté como el cliente lo esperó, su tan esperada acción, lo bueno, oh malditamente bueno para mí , era que con esa droga no recordaba nada. Regresaba a la realidad cuando el profundo "AH" del orgasmo del cliente se liberaba, al mismo tiempo que el chorro de su esperma al caer (ya fuese en el suelo, cama o mi cuerpo). Allí, yacente sobre la cama, con los tendidos que fueron miles de veces lavados, me quedé dormido sin preocupación. Esto es, lo que sucede a diario en las habitaciones del edificio "Play with me, paradise".

Kitan'N me avisó de que habría una reunión, era poco usual que sucedieran.
-El jefe, quiere una nueva atracción, el baile.
-¿Baile? nunca he bailado en mi vida.
-Es tu oportunidad, tal vez te encuentres con alguna sorpresa.

En la sala principal.
-¿Ya están todos?- con su voz grave apareciendo de la oscuridad, el jefe.
- No quiero que los clientes disminuyan, hay que pensar en innovaciones, de tanto que me agrada, decidí incluirlo como una atracción. Bailar, se verá delicado y atildado.
Todos se vieron entre sí, apoyando la idea.
- Comenzaré haciendo una pequeña audición, para ver qué es lo que saben del baile-. Uno tras otro fueron pasando, algunos con unos movimientos no expertos pero increíbles y otros un tanto torpes pero al menos podían dar un giro. Era el último, no sabía qué hacer. El jefe me observó de pies a cabeza.
-¿Gurume?
-No sé bailar.
-Puede ser un problema pero como tengo algo de tiempo extra, te enseñaré.
Los escalofríos recorrieron mi cuerpo, solo asentí. Él se levantó de su silla y se dirigió hacia mí, posicionándose detrás, atrapó mis manos con las suyas y las fue subiendo dándole un movimiento elegante, escuché una pequeña risa, yo permanecí taciturno.

-Que pequeñas, desaparecen en mis manos- comentó él, también dueño de la risa de hace un momento.
-¿El qué?- dije en voz baja con intención de que no me respondiese.
-Éstas- mostró mis manos que reaparecían de las suyas.
-¿Es algo malo?
-No, pienso que son portentosas- bajó mis manos y enseguida tocó mi cintura y sin más preámbulo comenzó a moverla de derecha a izquierda, simultáneamente.
-¿Así sabré bailar?
-Es para acostumbrar tu cuerpo, ya que no ha estado en movimiento en zonas como la cintura, los brazos y demás.
-¿No le produce arcada tocar mi cuerpo?- me angustiaba la idea, si era así, él no debía soportar tal cosa.
-¿Por qué habría? , sabes que tienes una piel suave y hermosa, a ningún hombre le provocarías eso, solo deseo y ganas de comerte.
-¿Es lo mismo para el Señor?- no respondió.
-Solo haces preguntas, deberías de ser más espontáneo.
-Lo soy con los clientes... es solo que el Señor puede ayudarme a responder dudas y siento que no sabría de qué hablar.
-Fue un golpe duro- "debería ser solo así para mí". -Por ahora eso es todo, regresa mañana para seguir con la práctica, buenas noches- se marchó, se despidió sin mirarme a la cara.
-Buenas noches.

Al día siguiente.
Increíblemente mi cuerpo tenía más flexibilidad pero de cierta manera tenía dolor almacenado en la cintura. Ya al llegar la noche y cuando todo estaba en silencio, me dirigí a cumplir con la práctica, el jefe permanecía en su asiento.
-Muéstrame algún movimiento de ayer.
Era difícil pero al concentrarme en tal tarea obedecí la orden. Al tiempo que recordaba el movimiento de la cintura, haciendo una imagen de las manos del jefe, me enfoqué en ello, de un momento a otro las caderas se incorporaban y enseguida el trasero se les unía, el rebote hacía una combinación perfecta del movimiento, me dejé llevar elevando mis manos y luego juntándolas, me sostuve en un solo pie y sin pensar me encontraba dando giros poco perfectos. No sabía cuánto llevaba haciendo eso, un ruido, solo un pequeño ruido hizo que me detuviese, las gotas de sudor bajaban y el agotamiento me hizo acezar.
-Qué fue eso- no sabía cómo reaccionaría el jefe, solo pensaba negativamente.
-Yo, si no fue...siento... lo siento- El agotamiento no me dejaba hablar.
-Fue mejor de lo que esperaba, rompiste todas mis expectativas, ¿cómo es que mejoraste de la noche a la mañana?- atónito me respondió.
-Simplemente...- me sentí mareado, en cualquier momento me desmayaría.
El jefe al notar mi estado, se acercó a mí y me tomó en sus brazos, girando volvió a su asiento, con mi sudoroso cuerpo acostado en sus piernas.
-Ni hablar puedes- me secó el sudor de la cara con un pañuelo.
-Lo lavaré.
-No tienes que hacerlo.
Observé el rostro del jefe, tal vez fue algún fallo de visión pero lo veía reluciente, algo intocable.
-Yo, desde muy temprano hice ejercicios de cintura, tenía aprendida la lección de ayer, lo de hace un momento, mi cuerpo lo hizo solo, ni siquiera mi mente era capaz de seguirle el ritmo y admito que me asusté.
-Como diría un francés "merveilleux". Solo una cosa, se debe hacer con calma y tomar descansos, de lo contrario le haría mal a tu cuerpo.
"Para mí, era un consejo sabio, ya que ni eso lo tenía en cuenta." Mi mano se aferró a su camisa y lentamente mis ojos se fueron cerrando.
A medianoche desperté, estaba en mi cama. Como si se tratara de instinto sentí la necesidad de moverme, y así lo hice, aliviaba mi ansiedad y lograba, de esa manera, reconciliar el sueño.

Fueron transcurriendo las noches de lecciones, pero a excepción de los dos primeros días, el jefe no volvió a tener contacto físico alguno conmigo, y era yo el que enseñaba los nuevos movimientos, la última noche de ello, el jefe dijo que estaba bien que siguiera ensayando en mi habitación, sentí saudade después de sus palabras, su "hasta luego" quedó resonando en mi mente. Noches más tarde me avisaron de que ya no debía atender clientes y, por lo tanto mi nuevo trabajo era bailar frente a ellos, por ahora los encuentros privados no estaban permitidos. El nuevo cartel que promocionaba la atracción envolvía las paredes del edificio, con su título "Escarceo sápido" el cual a partir de esa noche, comenzaba con mi presentación de baile.

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⏰ Última actualización: Jul 04, 2016 ⏰

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