ESPECIAL

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 20 años después

 —Papá, me tengo que ir —trataba de decir Hweji mientras su papá la estrujaba como si no la volviera a ver—. Ya, déjame.

No sabía cómo, pero logró deshacerse de ese abrazo de oso.

  —De acuerdo, pero tienes que comprender a tu padre. Te voy a extrañar tanto.

 —No sobre actúes, volveré para las vacaciones. No es como si me fuera para siempre.

 —Está bien. Antes, ¿un último abrazo?

 —OK —terminó aceptando.

Hweji estaba en la estación de autobuses en Daegu, iría a Seúl, a su primer año de universidad. Su vida cambiaría definitivamente y estaba nerviosa, pero dispuesta a tomar el riesgo.

  —Adiós, los amo —le dió un beso en la mejilla a sus padres. —sin pensarlo dos veces abordó.

  —Chao. Come bien, y cuida de tu hermano, lo saludas de nuestra parte.  —terminaron gritándole desde el otro lado de la ventanilla.

"Dios, qué vergüenza".  

Estaba tan distraída que no se dio cuenta de que el chico a su lado se reía descaradamente de ella y de la situación.

  —¿Son tus padres? —dio un pequeño salto en su asiento por el susto. Giró su cabeza a la izquierda lentamente. Un chico de cara linda con una hermosa sonrisa rectangular fue lo que encontró. Quizás tenía su misma edad, pero por su voz pensaba que era alguien mayor. Eso la sorprendió.

  —¿Ah?

—Sí serás tonta. Te he preguntado que si son tus padres. —Esto último lo dijo lentamente y haciendo señas con sus manos.

 —Oh, sí.

1, 2, 3 segundos tuvieron que pasar para que se diera cuenta de que la trataba como si no entendiera el idioma.

  —¿Acaso tengo cara de extranjera? ¿Por qué me hablas así? ¿No te enseñaron modales en tu casa?

  — Uish, ustedes las mujeres sí que son tremendo complique —terminó haciéndole mofa con su lengua y cruzándose de brazos, justo como un niño.

  —Qué infantil —se puso sus audífonos. Sin música, sólo para que no la molestara.

A causa del muchacho no podía concentrarse. No dejaba de pensar en la manera en que la trató. Ni siquiera la conocía. Bien podría hasta ser menor que ella.

—Lo siento. —dijo casi como un susurro, a pesar de ello Hweji alcanzó a escucharlo. Se quitó un audífono.

—Perdón, ¿qué dijiste? —claro, eso no significaba que ella lo haría notar.

—Ya sé que sí me escuchaste. Quién habla de ser infantil, ¿eh?

Los dos se echaron a reír.

—Qué tontería. Mi nombre es Taehyung. —le dijo el chico y ella le respondió.

—Y yo soy Hweji.

Aunque había mirado su cara lo suficiente para notar que él era más que guapo, no se había detenido muy bien a ver sus ojos, hasta ahora. A él le sucedió lo mismo. Tan sólo se miraron entre sí directamente a los ojos, sorprendidos y en silencio. No sabían por qué, pero tenían la sensación de haberse conocido ya.

—¿Por qué vas a Seúl? —rompió el cómodo silencio aquel chico.

—La universidad.

—¿Enserio? Yo también. ¿A cuál?

—La Universidad de Seúl. —se sentía orgullosa de poder decir aquello.

—Yo también —respondió algo atónito—. Vaya casualidad.

—Sí...

Para los dos serían los mejores años de sus vidas, después de todo, irán a la universidad.

***
Por el mucho amor que ha recibido esta historia, he tomado la desición de publicar una pequeña serie de especiales.
Se los advierto, no aclararán dudas, pero quizás les guste o no. No lo .

Realmente se los agradezco, pensé que nadie leería esto, sin embargo, quice publicarlo y no me arrepiento.

Me di cuenta de los votos, comentarios y las veces que está historia a sido agragada a listas de lectura. No es un juego, les gusta. Me hacen feliz.

Hweji y Taehyung se los agradecen también. Y les mandan besitos.

Lamento si no cumple sus espectativas.

Se despide una sonriente -Park™

Nota: si tienen preguntas que hacerle a los personajes, adelante. Sus dudas serán respondidas por ellos mismos.

2. Más adelante subiré una historia con SUGA, a lo mejor hasta les gusta, pawense por allí si tienen tiempo.

Ahora sí, adiós.

No puedo » TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora