Prólogo.
Es una madrugada muy especial en Nueva York, muchas familias aguardan en una montaña cercana a la ciudad para poder observar la lluvia de estrellas, que, según astronomos y otros especialistas, ocurre cada 3 años, y es un fenómeno que nadie puede perderse.
Contrario a las otras personas que están en la montaña, Flash Thompson pasea en su motocicleta sólo para jugarle bromas a las familias que se encuentran ahí presentes. De un momento a otro, se aburre de atormentar gente, baja de su motocicleta, se quita su chaqueta de cuero, la arroja al suelo y se sienta bajo un árbol a esperar la lluvia de estrellas.
Finalmente, la tan esperada lluvia de estrellas, ocurre; miles de destellos descendiendo pueden verse en el cielo, la gente al rededor de Flash empieza a aplaudir y a reir ante tal fenómeno, Flash no puede negar que le está divirtiendo el espéctaculo, así que, como todos los que lo rodean, empieza a aplaudir y a reir. Está feliz.
La lluvia de estrellas termina, la gente empieza a retirarse, Flash también está a punto de irse, cuando de repente, se logra escuchar una explosión del otro lado de la colina mientras que una enorme llamarada se extiende, provocando rápidamente un incendio. La gente toma a sus niños para luego huir despavoridamente a sus autos y escapar tan rápido como sea posible de aquel infierno.
Aproximadamente 10 personas, entre ellas Flash Thompson intentan escapar de la colina, pero un enorme árbol cae frente a ellos para posteriormente incendiarse, no hay escapatoria, están destinados a morir, o al menos eso piensan ellos.
El héroe enmascarado, Spider-Man, no se hace esperar y entra rápidamente a rescatar a las personas. De dos en dos, logra sacar a todos mientras el árbol termina de consumirse. Spider-Man está a punto de irse, cuando alguien lo llama:
-¡Oye, Charlotte!- grita Flash Thompson dirigiéndose a Spider-Man.
-¿Qué ocurre?
-¿Crees que puedas sacar mi motocicleta de ahí? Está en lo más alto de la colina- dice Flash, al tiempo que se escucha otra explosión y un neumático sale volando.
-Emm, nah.- Dice Spider-Man mientras se aleja balanceándose por entre los edificios.
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Spider-Man: Resurgimiento
Por: Jonás Osvaldo Mendoza M.
I
Para las siete de la mañana, todo había terminado. Los bomberos lograron apagar el incendio, que por suerte no cobró ninguna vida, gracias a Spider-Man.
Flash Thompson subió con dificultad la colina, para ver si podía rescatar algo de su motocicleta. Llegó al lugar donde la dejó, sólo para encontrarse con la motocicleta completamente quemada e irreparable.
Se adentró un poco más en la colina, para ver que era lo que había causado el incendio. Se encontró con un meteorito no muy grande. Con cautela, se acerco a él para examinarlo mejor, lo tocó para sentir su textura, aún estaba caliente, por lo que se llevo el dedo a la boca para aliviar la quemadura. Se disponía a irse cuando escucho un crujido, rápidamente volteó y vio que el meteorito se abría, y de el salía una especie de masa negra viscosa, ésta se arrastró por el suelo y subió por su pantalón, él se asusto, intentó quitársela con la mano, pero la masa repentinamente saltó hacia su rostro, ni siquiera la vio venir, se expandió por toda su cabeza, Flash no pudo evitar lanzar un desgarrador grito de dolor al tiempo que se desmayaba.
Despertó en la cama de su departamento, pensó que todo había sido un mal sueño, así que se enjuagó la cara, se cambió de ropa y se preparó para ir a su trabajo.
