— ¿Alice? ¡Alice!
— Solo un poquito más hermana
— No tienes remedio Alice —. Siento como mi hermana Lorina se levanta del césped entre risas —. Voy a buscar unas pastas para tomar el té aquí, al aire libre ¿te parece bien?
Abro los ojos lentamente para ver como mi hermana ya se está alejando hacia la casa ¿para qué preguntará si no espera mi respuesta? Me froto los ojos mientras bostezo por el cansancio. Mis ojos viajan hacia el libro que descansa a mi lado, el libro de mi hermana, tanto a ella como a mí nos encanta leer. Alargo la mano y ojeo el libro.
— ¿Quién se lee un libro que no tiene dibujos?
Vuelvo a dejar el libro a mi lado y suspiro. La brisa mueve las hojas y solo se escucha el canto de unos pájaros en algún árbol cercano al que estoy apoyada. Vuelvo a tirarme sobre el césped y cierro los ojos, solo un segundo, hasta que vuelva mi hermana...
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— ¡Alice! ¡Alice!
¿Me he quedado dormida?
— ¡Arriba Alice! ¡Que llegamos tarde!
¿Tarde? ¿Tarde a donde? Abro los ojos pero no encuentro a mi hermana, me siento en el césped pero sigo sin encontrarla ¿lo habré soñado?
— ¡Alice! ¡Llegamos tarde!
Giro mi cabeza instintivamente hacia la voz pero no encuentro a mi hermana, en su lugar encuentro a un conejo blanco con chaleco azul. Definitivamente sigo soñando. Coloca sus patas delanteras sobre mi pierna y pestañea varias veces. Lo cojo en brazos y lo coloco frente a mi cara, echa sus orejas hacia atrás y sus ojos me parecen más grandes a esta distancia.
— Que lindo
Lo abrazo contra mi pecho para luego acariciarle la panza sobre el chaleco, sus ojos están estáticos sobre los míos. De repente sus orejas se levantan y salta de entre mis brazos, mete su pata blanca en el bolsillo del chaleco sacando así un reloj del bolsillo y lo señala con insistencia irguiéndose sobre sus dos patas traseras.
— Me pasaría el día entre tus brazos Alice pero... ¡Llegamos tarde!
Mis ojos se abren de par en par y me levanto de un salto ante la impresión. Aún sigo soñando, sin duda. El conejo se acerca a mi vestido y tira de él con insistencia.
— ¡Rápido Alice! ¡Por mis bigotes pero que tarde es!
Corre entre los árboles. Decido seguirlo, es un sueño ¿qué puede haber de malo? Corro intentando seguir a esa bolita de pelo blanco pero sin poder evitarlo lo pierdo de vista. Sigo caminando entre los árboles sin dejar de mirar a todos lados hasta que lo veo meterse en una madriguera, me arrodillo ante ella sin importarme si mancho el vestido pero no logro ver nada, todo está oscuro.
— ¿Hola? ¿Conejo?
De repente mis manos resbalan y caigo de cabeza al agujero, cierro los ojos. Empiezo a gritar esperando un golpe que no llega, abro los ojos con los brazos sobre mi cara. Aún sigo cayendo por el agujero. Y cayendo cada vez más.
Por fin logro ver el final del túnel, veo el suelo y también noto como no paro de caer y acabaré chocando contra él ¿no es en estos momentos del sueño cuando debería despertar? Cada vez veo el suelo más cerca y cada vez tomo más velocidad. Envuelvo mi cabeza entre mis brazos preparándome mentalmente para el impacto.
— ¡Quiero despertar!

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Wonderland
RandomWonderland puede parecer un lugar maravilloso para vivir, y en algún momento lo fue, pero ahora todos tienen secretos, todos esconden algo y Alice no debe fiarse de nadie. Nada es lo mismo desde el Día Oscuro... Nadie se comporta igual desde entonce...