Odiaba ir a la escuela pues el simple echo de escuchar al profesor hablar, me daban más ganas de seguir durmiendo en mi suave cama de madera rechinante.
Era un lunes por la mañana, el sol salía por las montañas verdes, las aves cantaban sus agradables melodías yo me alistaba para ir a la escuela, primero me cepille los dientes y después me di una ducha, cuando baje ya lista con mi mochila en mi hombro me alegre cuando vi que mi madre avía preparado mi desayuno favorito, hotcakes con mermelada de fresa y trozos dé bananas un buen baso de leche y unos huevos revueltos enzima de un pan integral, Mi madre siempre pretendía aliméntame bien y creo que eso era bueno
Pues eso me daba tanta energía para no dormirme en la clase de matemáticas, que era lo que más odiaba.Mi madre me pregunto si estaba lista a lo que yo contesté que sí
Subimos al coche y mi mamá arrancó, en el camino me gustaba dibujar en una gran libreta que me habían regalado, mi madre me dijo qué me recogería en la salida, que cuidara de no irme con ningún extraño, salí del coche y mi mamá me planto un beso en la frente lo cual odiaba, era un tanto extraña por que era mas madura que todos los demás niños, no era la práctica niña que jugaba con sus muñecas.Cuando caminaba por el pasillo me encontré a mi amigo Mario era el que mejor me caía bien, lo saludé y entramos juntos al salón yo siempre me sentaba en la parte de atrás Con el pues el también odiaba escuchar la clase de matemáticas del profesor Roberto, cuando por fin tocaron para el receso me pare y mientras sacaba una manzana y un jugo que me ponía mi madre todos los días, no me di cuentan que Mariana la niña odiosa del salón me empujó y salí volando aplastando mi jugo y salpicándome mientras observaba mi manzana rodar.
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La flor amarilla de Rosario
RandomUna historia llena de rarezas por parte de rosario, su madre no comprende por que su hija es así.