-Gloomy Mime Historia-

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Lucas Hitomi es un niño de 10 años, su cabello es color negro y sus ojos extrañamente rojos lo hacían ver muy raro en la escuela, tenía descendencia de los albinos lo cual explica el color.

Su mayor afición era escribir historias sangrientas y tenebrosas, gastaba todo su tiempo en ellas y en su obsesión por los mimos.
Pasaba dibujándolos todos los días, tenía variedad de dibujos en su cuaderno pero ellos llenaban la mayoría, en su escuela muchos lo molestaban y a veces lo golpeaban.

No tenía ningún amigo a pesar de que le gustaba ser social y participar en todo. Sus padres siempre estaban trabajando, su madre Sara trabajaba en una empresa de cosméticos, mientras su padre Natsuki era unos de los mejores abogados, ellos vivieron un tiempo en Japón luego de que nació Lucas y se trasladaron a California por el trabajo de su madre. Siempre estaban ocupados, Lucas siempre trataba de buscar un poco de amor pero era inútil.

Vivían en una casa grande llena de empleados, su único amigo era su tutor Taylor, lo asistía en todo y le ayudaba en todo, básicamente se encargó de criarlo.

-Oye Lucas ¿Cuándo pretendes estudiar?

-Está bien, dentro de una hora.

-Dentro de una hora llegan tus padres, se supone que deberías estar estudiando.

-Ya voy a terminar solo espera.

-Siempre dices lo mismo y termino siendo regañado por la Sra.Hitomi.

-No le hagas caso, es una loca.

Dicho eso Taylor se indignó y le quitó su cuaderno donde escribía todas sus historias. Lucas estaba a punto de reclamarle hasta que logró escuchar los tacones de su madre resonar por las escaleras, después de eso Lucas se levantó y sacó su cuaderno de ciencias de la mochila y se sentó en la cama.

-¡Hola, hola! Volvimos -dice tocando la puerta.

Taylor se acercó y la abrió, le saludó y se hizo a un lado para que pudiera entrar.

-Veo que si estás estudiando, buen trabajo Taylor. Ahora no olvides que mañana debes ir a tu clase de canto y tu curso de idiomas.

-Si mamá lo sé.

-¡Oh! Casi lo olvido, el sábado tienes entrenamientos, ya sabes artes marciales -ríe-. Ya casi se acerca el torneo.

-Si.

-Bueno me voy, estudia mucho y saca buenas notas.

Observó cómo su madre salía de la habitación. Le frustraba que solamente pensaran en someterlo a miles de cosas, tenía que ir a clases de canto, de piano, un curso de idiomas e ir a entrenar. No podía hacer nada por su cuenta, debía sacar buenas notas y ser el mejor a pesar de sus dificultades en la escuela.

-Si me disculpas ya me retiro, estudia.

-Está bien, adiós.

Pasó toda la noche estudiando, repasó una y otra vez, no podía sacar malas notas o su madre lo castigaría. Cada vez que hacía algo mal lo cacheteaba pero ahora lo golpeaba con lo que fuera, debía ser el hijo perfecto lo cual hacía que se sintiera peor.

El reloj marcó las 5:00 a.m y Lucas seguía estudiando, sus párpados pesaban tanto que no se contuvo más y calló rendido, sin embargo era hora de levantarse.

-Lucas... Lucas despierta -dice Taylor mientras tocaba la puerta para luego entrar-. Lucas, vamos es hora de levantarse -lo mueve.

-Mmm... ¿Qué? -abre sus ojos.

-¿Dormiste algo?

-Yo... no, me acabo de dormir -dice mientras frota sus ojos.

-Vez, por no haberme hecho caso.

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