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Otro día escondiéndose. Otro día sintiéndose humillados. Dioses que no podían luchar contra sus enemigos mortales por temor a la muerte de su hija, la cual todavía no había guardado su alma en un objeto que le otorgara la vida eterna. Dos dioses menores del planeta Blindris que fueron malditos por los seedrians con que sus hijos tendrían un pecado capital y un castigo cada vez que pecaran de él y que esta maldición se sucedería hasta que los 7 pecados nacieran.
Rester, el dios máximo, creó todo este universo. Primero creó a las Dermias, 6 diosas de la naturaleza que le ayudaron a construir los planetas y todo lo que hay en ellos. En orden eran...
Droia: diosa del agua y el hielo; para crear ríos y mares.
Arthemis: diosa de la tierra, la vida, la fertilidad y todo ser vivo; para crear montañas y valles y más tarde seres vivos.
Nuba: diosa de todos los fenómenos meteorológicos; ayudó a juntar tierra, agua y vida en perfecta estabilidad.
Aracne: diosa de la sabiduría y la ciencia; les dio instinto y alma a las criaturas de Arthemis.
Scorpio: diosa de la guerra y la protección; declaró la ley de que todo ser vivo debía luchar por sobrevivir y hacerse más fuertes.
Diana: diosa de la fertilidad y de los sentimientos en concreto del amor. Le otorgó conciencia y razón a algunas criaturas como experimento.
Con eso quedaban los planetas y estrellas del Sistema Solar y los del sistema próximo a este llamado Sistema Fraters. En este existían 5 planetas unos de los cuales eran Blindris, donde trascurre nuestra historia (en este todos son lobos con forma humanoide) y Seedriks (donde todos son plantas con forma humanoide). En el Sistema solar todos los planetas tenían vida pero acabó pudriéndose hasta que solo quedó en la Tierra. Toda esa vida no fue simplemente destruida, sino que se fue acumulando justo entre los dos sistemas hasta formar muchos otros mundos muy pequeños que consiguieron recobrar todo lo que los otros perdieron. Uno de los más grandes era Mobius.
Finalmente se unieron todas las diosas e hicieron un acuerdo con Rester: debían dar vida a unos dioses menores, con poderes limitados pero más poderosos que ninguna otra fuerza de ese universo (sin contarlos a ellos) para que se encargaran de la paz de todos. Los dioses menores de Blindris. Krawl, un lobo humanoide grande y musculoso de pelo blanco sucio que se iba haciendo más y más gris al acercarse a su hocico y extremidades hasta llegar al negro oscuro. En agradecimiento y signo de una promesa de nunca cesar su fe en ellos, juró perder un ojo en la guerra y hacer que nunca se regenerase. Tenía el poder de controlar todos los elementos de las Dermias, concentrar esa energía y hacer lo que quisiera con ella. Klara, su mujer. Loba tan amable como hermosa pero que no se torcía a la hora de luchar. Su pelo del cuerpo era color canela con tonos marrones en las mismas zonas que Krawl y de pelo rosáceo. Podía transformar sus brazos en todo lo que se le antojara y también tenía un látigo de cristal blindrian que podía obtener forma de lanza.
Con respecto a el sistema solar... Ese era más bien un experimento para ver como se las arreglarían para evolucionar y funcionar sin ayuda o no demasiada. Quién sabe.
Los blindrians fueron muy amigos de todos los demás planetas de su sistema. Los seedrians siempre fueron muy avanzados en tecnología e inteligencia. Contemplando su poder, comenzaron a dejar de creer en Rester y las Dermias para hacer su propia religión. Como hijos directos suyos, los dioses blindrians intentaron todo para hacerlos creer en sus "padres" pero fue en vano. Casi de pronto, los seedrians le declararon la guerra a los blindrians. La Guerra Eterna. El rey que la declaró ideó una maquinaria extraña que le permitiría permanecer vivo para siempre, aunque siempre que la probaban había algún error que no la dejaba funcionar correctamente. Observó y estudió a sus rivales inmortales para arrancarles el secreto se su don de la vida eterna hasta que se dio cuenta de que, efectivamente, debía arrancánselo literalmente. Quitarle el alma a uno de sus hijos antes de que la guardaran en un objeto que debería llevar siempre consigo, lo que lo haría inmortal hasta que el objeto se rompiera.

Krawl y Klara tuvieron 2 hijos
El primero. Khold, de pelo azul marino muy oscuro y blanco al final de sus largas rastas en forma de espinas, en su pecho y en algunas zonas de su cara. Su pecado capital era la lujuria. Si pecaba de él, debía pagar con la deformación de su cuerpo en tumores de los cuales saldrían criaturas vomitivas que comerían todo lo que se interpusiera en su paso. Poseía un poder inútil el cual era solo una rara fuerza que rebosaba en él y que se derramaba de sus manos en un humo azul brillante. Siempre era muy listo e ingenioso e inventó un arma para su brazo que le permitía transformar ese poder en energía y lanzarlo como proyectil.
La segunda fue Kayle. Su cabello, su hocico, sus manos, la parte delantera de su torso y la superior de su cola eran blancas. El resto de su cuerpo era negro. Era muy joven comparada con su familia. Sus ojos eran naranjas luminosos. Un naranja único que caracterizaba a su raza ya que todos tenían el mismo tono. Su pecado era la gula y si pecaba de esta, su cuerpo crecería violentamente olvidándose de la razón y devorando todo y a todos los que se le cruzaran no importa cuanto lo amase.

Cuando Kayle solo tenía cuatro años (ella ya era inmortal) y su madre todavía estaba embarazada de su tercera hija, toda su familia fue llamada a una reunión urgente en la ciudad de al lado. En la carta no se mencionaba el motivo. Solo decía que no había tiempo de explicarlo. La letra estaba mal hecha ya que habían escrito rápido y la firma parecía incluso sin terminar bien. Estaba claro que algo pasaba. Si era tan urgente no se lo pensaron dos veces y acudieron. El alcalde los esperaba en la habitación central de la casona, con su pelo azul todo alborotado sobre la cara. Estaba sentado en un sillón de espaldas a la puerta. El mayordomo se dirigió a comunicarle que los dioses habían llegado pero giró su cabeza atrás nerviosamente y no le dio tiempo para hablar. Levantándose exaltado y corriendo hacia ellos se dejó caer en sus rodillas en frente de Krawl. "¡Glorioso Krawl!" Hacia espasmos con todo su cuerpo. "¡Oh, glorioso Krawl! ¡Han preparado algo, lo presiento! Y cuando las dejen caer... Pido permiso para hacer una sugerencia, ¡por favor escúcheme! Antes de que vuelvan y..." Empezó a rezar en blindrian antiguo balanceando su cuerpo histérico. Krawl puso su mano en su hombro y dijo firme: "Levanta.." Él levantó, todavía con sus manos temblando mirando a su pecho con la mirada perdida. "Explícate. ¿Quién vie-" Un sonido lejano le hizo detenerse. El alcalde se asustó y saltó levemente. Sonaba como una bomba. Hubo unos segundos de silencio. De pronto, más sonidos como el anterior hicieron todas las paredes de la casona retumbar haciendo que todos se pusieran nerviosos y que el alcalde quedara paralizado. Esta vez eran más cercanos y fuertes. Cada segundo había más. La familia corrió a fuera para ver que ocurría y se encontraron con naves seedirian, soltando bombas sobre toda la ciudad y sobre su castillo. Los gritos desgarrados y el fuego hicieron a Krawl y a Khold agarrar fuerte a su familia y correr más rápido ahora hacia el bosque. El alcade gritó de nuevo "¡Gloriosa Klara porfavor, permaneced en nuestro cas-!" cuando una de las bombas grandes cayó justo en la casona del alcalde. La explosión les hizo tropezar. Khold sujetó a su madre entre sus brazos y ni ella ni el bebé se hicieron daño. Se reincoporaron y siguieron. No se atrevían a mirar atrás.
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Bueeno esta es la primera parte de mi primera historia espero que os haya gustado c: y no os hayáis aburrido demasiado.. Esto es sólo el principio de una larga historia espero seguirla hasta el final!! ☆Like, comment, sub, pls☆

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⏰ Última actualización: Sep 05, 2019 ⏰

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