Non mi Seduce.

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Santuario de Athena, Sala patriarcal.

—Es una tarea fácil su excelencia, como quiera, Degel no podría ir ya que su resfriado empeoró.

—Es una pena Kardia, sin embargo, a pesar de que solo vayas a representarnos en la cena del alcalde de Atenas necesito que conserves el temple y no vayas a hacer de las tuyas. —Sugirió el patriarca. 

Una estruendosa carcajada azotó en aquella sala. —Enserio crees a Kardia el suplente más conveniente de acuario, dudo que conozca los modales que se tienen que llevar a cabo en una cena elegante. —Dijo un Manigoldo sarcástico al dirigirse hacia el patriarca.

Sage solo sonrió por aquella burla.

—Bueno Manigoldo, Degel siempre es nuestro representante en la cena luego del informe gubernamental de la alcaldía en Atenas, pero en esta ocasión se encuentra enfermo y como Kardia es el más cercano así lo creí; sin mencionar que los demás ya tienen asuntos que atender.

—¿A sí? Como quieras, solo no te arrepientas cuando hablen de lo ebrio que se puso durante la cena y quien sabe qué barbaridades pueda hacer.

Kardia lo miró molesto por su intromisión.

—Oye qué me crees, jamás pondría en ridículo el nombre del santuario ante la ciudad vecina.

—En todo caso podrías acompañarlo tú, ¿no crees Manigoldo? después de todo tienes más relación con la urbanización.

Manigoldo se sorprendió: —¿Qué? bueno, en realidad yo...

—Ademas sería conveniente que alguien acompañase a Kardia en caso de que se sintiera mal debido a su padecimiento, es mejor que se cuiden uno al otro, si no hay objeción, irás con él.

—Pero si no me pasará nada señor, como podría ponerme mal sabiendo que iré de fiesta en representación del Santuario. —Intervino el de la octava casa. 

—Está decidido, probablemente ambos den una muy buena impresión al alcalde. —Sonrió Sage.

"Demonios" se desanimaba Kardia mientras que cáncer aceptaba la encomienda.


///

Ambos regresaban a sus respectivos templos para alistarse.

—¿Acaso pensabas seguir la parranda luego de la cena, eh Kardia?

Este hizo una mueca de molestia.

—Por supuesto que no, sin embargo, estoy seguro que tú si y piensas hacerlo ¿no es cierto?

El contrario carcajeó nuevamente. —Realmente no lo sé, dependerá mucho del ambiente de la cena, además, que pasa con que te acompañe, aun así puedes seguir embriagándote si así lo quieres; hum, como la última vez en Francia. —Dijo malicioso.

—Ah, ni siquiera recuerdo lo que pasó esa vez.

—Menos mal, creo que destruimos esa taberna por completo.

—Me sorprende que Degel y Albafica no nos hayan regañado e intentado controlar.

—¡Ja! —Exclamó Manigoldo. —De verdad que no recuerdas nada, esos dos ni siquiera estaban con nosotros.

—¡¿Qué?! ¿entonces que se supone que hacían?

Manigoldo hizo una mueca maliciosa.

—No he logrado descubrirlo, o lo tienen muy bien guardado o de plano no hicieron nada que pueda causarnos impresión.

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⏰ Last updated: Apr 21, 2020 ⏰

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