Quinto Capitulo

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Quinto Capítulo

Otra vez sus parpados le pesaban horrores, el dolor de cabeza era insoportable, y todo parecía borroso por la inyección que le habían puesto, por esa  maldita inyección. Trataba de no abrir sus ojos ya que esa señora tan rara estaba ahí, la señorita Stoker, estaba vigilando sus movimientos así que tenía que fingir estar  dormida.

Escuchaba las palabras de Stoker las cuales trataban de hacerla despertar y en eso entró alguien, pero no veía quién era, no podía abrir los ojos hasta estar sola, era demasiado arriesgado.

-Aún no despierta Señor-dijo Stoker con cierto temor

-Mmm… pues no creo que la droga funcione tanto tiempo-hablo la voz desconocida

-pues la verdad creo que realmente esta despierta solo que finge –esa voz chillona que tanto la estresaba

-tráelos y también a la droga

-pero, señor no cree que es demasiado, solo son unos niños la menor debe de tener unos 10 años recién

-dije tráelos, no sabes que mientras más pequeña mejor

Después de unos instantes la señora Stroker salió de la habitación dando un portazo, pero que demonios era lo que pasaba, se repetía una y otra vez en su mente, un pequeño miedo se estabilizo dentro de ella, mientras tanto en otra habitación la pequeña Charlotte estaba aislada de los demás niños, eran pocos, solo 4 niños y 2 niñas aparte de ella, estaba realmente asustada, no le había convencido las palabras de aquel chico, le hablo como una niña pequeña la cual tuviera una enfermedad mental o retardo de aprendizaje.

Le habían dicho que ese lugar es seguro y que no tenía nada de qué preocuparse. Por otro lado  Deán no había recibido ni uno sola noticia, solo sabe que despertó en una cama y estaba rodeado por otros chicos de su edad en total 6 junto con él de fondo escuchaba una vieja, demasiado vieja canción las cuales  su padre escuchaba y de pronto la nostalgia se apodero de él,  Nothing Else Matters de Metalica, las lágrimas quisieron apoderarse de el al recordar a su padre, padre el cual dio la vida por él.

Una chica se le acerco, lo miró de arriba hasta abajo, una chica de mirada tímida y tierna, pequeña de estatura pero bella, una larga melena  y bastante delgada. La observo durante un momento hasta que  pronuncio un hola, una voz suave y firme.

-hola- respondió él

-soy Cristi ¿y tú?

-Deán

-pues y cuéntame, ¿cuál es tu historia? –dijo ella, Deán le respondió alzando una ceja porque no le entendió- pues tu historia, el cómo sobreviviste o prefieres que empiece yo- Deán se quedó en silencio- pues tomare eso como un sí, pues no recuerdo ni qué edad tengo ahora, ni cuantos años han pasado solo sé que tenía 10 años, recuerdo que estaba en un refugio debajo de la tierra que mi padre construyo, siempre fue temático, cuando todo paso yo me desmaye, sufrí varios golpes y cuando  levante y después de que se nos terminara las provisiones mi padre salió a buscar más pero nunca volvió, después de días salimos con mi madre a buscarlo, pudimos llegar a varios lugares hasta que un día me reptaron y mataron a mi madre en frente mío, vi su sangre correr por el piso y yo solo gritaba, desde ese entonces estoy aquí, es difícil de escapar pero no deseo hacerlo, no me importa ser un conejillo de indias para sus experimentos

-espera, experimentos, que experimentos, ¿de qué me hablas?- Deán se alteró un poco

-no lo sabes aún pero pronto lo sabrás, ¿quieres que yo te lo diga? –es asintió- pues solo somos…

En ese momento la señora Stroker lo llegó a ver y junto a ella estaba Charlotte, el corrió a abrazar a la pequeña niña, estaba tan asustado por ella, pensando que le había pasado algo grave pero no fue así porque estaba hay

-Cariño ¿no te hicieron nada? ¿Estás bien?-le preguntaba con cierta desesperación y miedo

-no Deán no me hicieron nada- se acercó a su oído- hay que tener cuidado, son personas malas-le dijo susurrando mientras la Stroker los dirigía a la sala

-Liz, así es como te llamas, pues yo creo que serás mi mejor experimento, vamos no seas tímida, porque no abres tus ojos, no soy tonto yo realice esas drogas se perfectamente cuanto pueden durar- la voz del hombre era intensa, por su voz denotaba que tendría entre 35 o 40 años- pero quieres hacer el juego más interesante ¿verdad?, pues si así lo quieres yo no me responsabilizo, de todas formas debo probarte así que- quito las esposas de las muñecas de Liz y las amarro con sogas, ella estaba en una silla, poco después de esto tocaron a la puerta

-Aquí están

-Hazlos pasar mujer

Tras de eso pasaron, una pasos se oían hasta que- ¡QUE DEMONIOS LE HICIERON! –De pronto la voz de Deán sonó en la habitación –¡SUELTENLA!

Demonios, demonios, demonios era lo único que pensaba ella, la voz de Deán, y junto a él se imaginaba que estaría Charlotte, no entiende como en tan poco tiempo llego a encariñarse y sobreproteger a esos dos niños.

-Niño por favor, tú me harás el honor, ven acá- lo atrajo a él mientras que Deán trataba de zafarse

Cogió una inyección y cuando estuvo a punto de ponérsela a Deán la voz de Liz se escuchó fuerte y demandante –Suéltalo-, pero aún tenía los ojos cerrados y este lanzó al suelo a Deán

-porque mejor no abres los ojos, pues crees que no me di cuenta que ya te  zafaste de las sogas-le dio una bofetada a Liz y ella abrió los ojos

-déjalos que se vallan

-Liz no –dijo Deán y la pequeña Charlotte trataba de esconderse

-solo deja que se valla, no les hagas daño a ellos

-desde cuando tienes un corazón latente, Liz te he seguido y estudiado por mucho tiempo, desde la primera vez que te intentamos capturar y no  tuvimos éxito sabía que eras tú quién dará el mejor de todos los resultados, el mejor experimento de todos, pero nunca fuiste así, nunca te intereso la vida de los demás, solo la tuya y ahora te preocupan estos dos niños

-no te incumbe quién me interesa y quién no

-pues me da igual, pues mira-empezó a caminar alrededor de Liz –no me he presentado formalmente, pero solo llámame Marcos, pues tras saber que tú eres la única que realmente cubre las condiciones para ser la mejor de todas mis ratas de laboratorio, he creado una especial para ti- le mostro una tipo inyección, solo que más grande y de color plomizo intento agarrarla, pero ella no se dejó, era ágil, inclusive más que ella, y realmente fuerte, cuando la cogió le inyecto eso.

Un tremendo dolor se apodero de tu cuerpo, sus signos vitales cambiaban, le empezaron a dar lapsos de taquicardia, sentía su sangre espesarse, parecía que moriría, el miedo se apodero de ella, un miedo que no había sentido en años, la respiración le faltaba y terminó en el suelo con Charlotte y Deán a su lado, ellos tratando de ayudarla, pero era inútil. 

SobrevivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora