CAPITULO 12: AÑO 1941

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01/01/41
Nuestro camino comenzó, nuestra división no era muy reconocida pero las dos divisiones que nos encontraríamos si y eran de las más temidas, pronto nos haríamos cómplices de sus atrocidades y crímenes.
Nuestra orden de avanzar llegó tres meses después, en ese lapso solo nos encargamos de administración de el ejército oficial, en las oficinas de el ejército, conocí al general fromm, en ese entonces mariscal de campo, el paso por unos documentos, y luego se fue, más tarde en un debate dónde nos citaron, para ver el avance de las divisiones de el ejército oficial y las SS, en ese lugar conocí al coronel STAUFFENBERG, el cual paso a dar una opinión, su posición sobre el envío de las SS a los frentes, pues sólo causaban caos y delitos contra la vida de civiles no judíos, y nos culpó de manchar el honor del ejercito oficial.
Mis pensamientos en ese momento, fueron que tenía razón pero, cada quien sabía lo que hacía y hace, luego de la junta nos fuimos a dormir.
El día siguiente el general Rommel se llevó a los soldados de la división 12 para llevarlos al frente de áfrica, la orden de que el coronel STAUFFENBERG, fuera llevado también al frente se dio, pero no se específico cuando, todos sabíamos que si eres un oficial importante en Berlín, no te mandaban al frente, amenos que estuvieras cuestionando el orden de tus superiores, entonces te mandaban al frente a morir.
Almenos yo no era tan importante, solo era un oficial de una estrella, en Berlín para ser importante en las SS, debes tener un rango de dos a tres estrellas, con la cruz de hierro de primera clase, yo no tenía ninguna, por lo que era fácil que me madaran al frente.
01/03/41
Partimos al frente en Polonia, nuestro tren se atasco en una parte de las montañas de Polonia, tuvimos que caminar, llegamos a un pueblo donde los polacos socialistas nos atendieron, luego partimos a la zona donde los británicos amenazaban con recuperar Polonia, nuestro primer encuentro fue en la frontera de Bélgica y Polonia, tuvimos 389 bajas y una victoria, los estruendos de las pistolas sonaban como cañones, los gritos de auxilio sonaban desgarradores, los últimos suspiros de los caídos, hacían pensar en el último que darías tu.
Llegamos con las dos divisiones que nos esperaban, desde este momento perdí la cuenta de los días de lucha y la verdad, no merecen ser recordados.

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