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Estaba comenzando a oscurecer, el se levantó, me saludó, y me dijo,
-¿Mañana a la misma hora?
-Claro, ¿Puedo anotar tu número?
-Por supuesto-dijo el en tono dudoso-
Se marchó y yo me incorporé, guardé mi libro y me dirige a casa.
Al llegar a casa mi madre estaba horneado cupcakes, sin pensarlo dejé mi bolso en mi habitación y me dirige a la cocina a cocinar con ella. Estaba tan ocupada leyendo y horneando que no me había dado cuenta de que era 31 de Agosto y faltaba un día para comenzar la escuela.

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