El día era increíblemente brillante. La primavera se hacía notar en cada rincón de Japón. El sol iluminaba con fulgor y llenaba de calor cada cuerpo físico, inclusive a aquella pareja que se encontraba encerrada en el baño con tantos nervios que les enfriaba la piel. La pareja de enamorados esperaban ansiosos por qué el minuto pasara rápido.
Midorima Shintarou y Takao Kazunari eran muchachos de personalidades tan contrariadas que se complementaban mutuamente. Se amaban como ninguna otra persona puede amar a otra. Claro que enfrentaban problemas, como cualquier otra pareja suele tener sus conflictos, mas no había nada que un paciente Kazunari no pudiese solucionar con el siempre ceñudo Shintarou.
Ahora, uno de ellos caminaba marcando el perímetro del baño mientras contaba mentalmente los segundos, aunque en su cabeza los segundos eran mucho más rápidos que los reales. El segundo de ellos estaba sentado en el retrete cerrado, su corazón latía desenfrenado, estaba emocionado y excepcionalmente nervioso. Con sus pacientes era cosa común, pero cuando sucede en carne propia, las cosas cambian y todo el mundo cobra tonalidades diferentes. O por lo menos así lo percibía Shintarou.
Takao detuvo su caminata antes de volver a mirar el pequeño instrumento de plástico. No, todavía nada. Su ritmo cardiaco aumentaba a cada segundo y se hacía insoportable la espera. Volvió a dejar la pequeña y delgada tira antes de volver a su caminata de león enjaulado.
Segundos después, el temporizador vibró y un timbre resonó en las paredes del baño produciendo ecos estridentes que les paralizó por escaso un segundo. Midorima abrió grandes los ojos dando un ligero respingo sobre su asiento. Takao, a pesar de su ansiedad, se quedó plantado en el suelo. El sincronizador siguió vibrando hasta que se deslizó por el lavabo hasta caer en el suelo y de un fuerte golpe, se calló.
Como si esa fuese la señal que esperaba Kazunari, giró sobre sus talones para regresar inmediatamente y tomar la muestra de embarazo que descansaba aún sobre el otro extremo del lavabo.
Las manos le temblaban y mantenía los ojos fuertemente cerrados. Respiró profundamente antes de abrirlos y enfocar la parte donde le notificaría el resultado. Y de pronto, como por arte de magia, se sintió ligeramente tranquilo. Tal y como había sospechado, el resultado era negativo. Midorima, quien se había levantado e ido cauteloso a su lado, miró el mismo resultado. Era decepcionante el haberse emocionado. Acarició los hombros de Takao para luego frotarlos como si le otorgase calor.
−Sabíamos que esto podría pasar. –recordó el más bajo encogiéndose de hombros. Parecía no darle tanta importancia. –La primera vez puede no funcionar, ¿no? –se giró para encarar a su pareja.
A Shintarou en realidad le importaba el tener un bebé con la persona que amaba, pero no solo por su propio deseo, sino para ser parte de la nueva etapa que Kazunari quería explorar. Claro que estaba dispuesto a ser padre a los veinticinco. Sin embargo, poco valía la prueba de embarazo si no hacia feliz a Takao.
En su interior se sintió terriblemente mal al ver los ojos acuosos de su novio, quien se mordía con fuerza el labio inferior con tal de no soltarse en llanto. Lo abrazó con fuerza suficiente que le dijera que eso no acaba ahí, que había más oportunidades y podrían tener un hijo. Kazunari lloró en su pecho abrazando su espalda mientras con sus puños cenia la camisa de Shintarou.
El dolor que ambos compartían se quedaría encerrado en el baño y podrían desecharlo rápidamente.
Como si nada y todo, pasaron tres semanas. Se preparaban para ir a trabajar; Kazunari preparaba el desayuno y los almuerzos teniendo el noticiero de fondo, aunque no lo escuchaba realmente. Shintarou esperaba con paciencia leyendo el periódico a que su pareja decidiera que era momento de desayunar, pues a pesar de que todo estaba ya sobre la mesa, todavía ponía los últimos detalles a las cajas de almuerzo.
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Summertime.
FanficSe encuentran en el baño, ansiosos esperan la respuesta. Uno de ellos luce ansioso caminando de un lado a otro, y el otro espera paciente sentado en el retrete, el resultado que tanto les emociona saber. Este One Shot pertenece al evento interno de...