¿Dónde está Papyrus? ¿Dónde está tu hermano? ¿No estás preocupado por él?
Eran las preguntas que siempre recibía luego de dos semanas de que Papyrus había "desaparecido; él tan sólo decía lo mismo de siempre: Seguro está en un lugar mejor ahora. Todos se alteraban al escuchar eso, preguntaban si Papyrus habría muerto, si le había pasado algo horrible y nadie se había enterado. Si, había muerto, por un descuido su hermano se hizo polvo una noche que olvidó ir a revisarlo...
Pero él estaba feliz.
No, no estaba feliz de que su hermano haya muerto, ¿a quien le agradaría eso? Sólo a los hermanos que se pelearían por una herencia o aquellos que se tengan rencor, pero ellos nunca peleaban por nada y se amaban mas que nada en el mundo... Pero él estaba feliz de que nadie lo tendría, sólo él y nadie más que él... Tuvo que ir a decirle a su padre que Papyrus había muerto por alguna enfermedad, pero que el último deseo de su hermano era verlos sonreír, que excusa tan más barata... Pero bastante creíble para todos.El transportador del río al escucharlo de su propio hijo mayor se rompió el corazón, sus lágrimas habían caído al cuerpo de agua depositando en ellas todo el dolor y la pena por la pérdida del menor. Preguntó por los restos de su querido hijo, a lo que Sans no dijo ninguna palabra.
No podía decirle que tenía el polvo en una botella donde nadie más que él pudiera tenerlo.
No era que no confiaba en su propio padre, era sólo que lo catalogaría como un loco (cosa que ya sabía que lo era) y no quería que pensara mal de él, era su único hijo y tenía que estar con él a pesar de estar mintiendo. Estuvo con Gaster por varios días, sólo por verlo de mejor humor; trataba de contagiarle la felicidad que él tenía para que mejorara, se alegró por completo de que eso haya servido en poco tiempo.
Un día que se atrevió a ir hasta la puerta de las ruinas escuchó a alguien sollozar, tal vez era algún niño monstruo perdido, tal vez era un humano lastimado... O tal vez era el hombre detrás de esa puerta. Sintió una gran rabia al siquiera recordar que su hermano quería a ese hombre, le daba tanto asco y unas ganas inmensas de matarle... Se acercó a tocar la puerta como la última vez que estuvo aquí, deteniendo rápidamente los sollozos del monstruo masculino.
— ¿¡PAPYRUS!? ¿¡ERES TU PAPYRUS!? ¡POR FAVOR CONTESTA! — Sans gruñó y con todo su odio invocó varios huesos puntiagudos que lograron incrustarse en la puerta, asustando al mayor.
— ¡NO VUELVAS A DECIR EL NOMBRE DE MI HERMANO COMO SI NADA, ESCORIA! ¿Sabes? ¡POR TU CULPA ÉL ESTÁ MUERTO! ... Él... Está muerto... T-T-Todo por tu culpa... Ja... Jajaja... — Empezó a llorar, todo era una farsa, una tonta actuación pero quería hacerle creer que él tenía la culpa de todo esto.
Él no se quedaría con la carga de su muerte y, en parte era verdad, gracias a él lo mató.
Escuchó como quien estaba detrás de la puerta empezaba a negarse, a negar todo, a negar las palabras del pequeño Sans. Vio como la puerta se abrió rápidamente dejando ver al antiguo rey Asgore con aspecto agitado, llorando con desesperación.
— ¿¡Dónde está Papyrus!? — Esta vez no utilizó sus huesos, sino que ahora utilizó un cuchillo que tenía oculto en sus ropas para atacarlo, haciéndole un gran daño al ver que no quería pelear.
Los libros de la biblioteca por fin servían de algo.
— ¡POR TU CULPA MURIÓ, ESTÚPIDO INTENTO DE REY! ¡TODO POR TU CULPA Y NO TE LO VOY A PERDONAR NUNCA EN MI VIDA! —
Lo siento mi reina, se bien cuanto quería ver a su esposo... Pero no lo hará nunca más...
Empezó a atacarlo, cosa que el antiguo rey no evadía. Tan sólo aceptaba cada golpe como si realmente hubiera aceptado que fuera su culpa. Jaja, que divertido era esto, que divertido, muy divertido, era TOTALMENTE DIVERTIDO MATAR A ALGUIEN DE ESA MANERA. En un punto empezó a reír mientras lloraba, él no era así... Él se hizo así por el amor que le tenía a su hermano, por ese amor de hermanos que se tenían. Pronto acabó con la vida de Asgore, quien tan sólo le veía con una sonrisa triste; apoyó una de sus manos en el cráneo del menor y sin poderlo esquivar empezó a incendiarlo como, al parecer, última voluntad.
Ardía, ardía mucho, joder era horrible, se alegró de que luego de eso se hiciera polvo pero joder ARDÍA PEOR DE LO QUE ARDÍA LA LAVA EN HOTLAND. Empezó a gritar y a retorcerse del dolor, lo sentía incluso luego de que el fuego se apagó pero mierda, a pesar de eso se sentía bien, por fin había matado a uno de los que le había querido quitar a su Papyrus, POR FIN. Ahora sólo quedaba esa araña aunque...
A ella la perdonaría, sólo por el simple hecho de que una semana después de la muerte de Papyrus ella y Grillby empezaron a salir oficialmente, puesto a que el ser de fuego siempre iba a consolarla y a darle ánimos. Su amigo era alguien increíble pero...
Pero sentía una gran molestia al verlos juntos. No sólo a ellos, a todos los monstruos que tuvieran pareja...
Oh bueno, suponía que eso no importaría, después de todo podía matarlos algún día si llegaba a aburrirse sólo para recordar a su amado hermano ♥.
— Que hermoso día el de hoy, ¿no, Papy? —
Notas: A QUE NADIE SE ESPERABA CONTINUACIÓN DE ESTO ♥
Seh, estoy aburrida y quise escribirlo porque tengo en mente lo que pasará en el otro capítulo de Tiempo de hermanos (tengo trauma con los hermanos(?)) pero cuando lo quiero escribir se me va todo y esto lo escribí toooodo de golpe ♥
Como sea, byebye, ahora si que ya no habrá continuación de esto ♥

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Amor de Hermanos.
FanfictionSans amaba a Papyrus, lo amaba tanto que haría cualquier cosa por tenerlo siempre a su lado, realmente... Lo haría TODO.