All he needed

Bilbo ve a Thorin a los ojos y lo ve, ve todo lo que necesita. Bilbo no sabe que el pelinegro se siente de la misma forma, así que cuando Thorin ve a Bilbo, solo quiere tomarlo entre sus brazos y resguardarlo del mundo, olvidar a Smaug, a los orcos, a la diva de Thranduil.
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Smaug cae muerto, Bilbo es testigo de su caída, y no lo dice pero tiene la esperanza de quedarse en Erebor, por los enanos, por Gandalf, por Thorin. Pero en cuanto ve su mirada fija en el oro, exigiendo la arkenstone, sus esperanzas se desvanecen.

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Bilbo está confundido, sabe que Thorin ya no es el mismo hombre que llego a la comarca pero la forma en que este le mira, como cuando le mostró la bellota que se llevaría como pago o cuando le entrego la cota de mithril, le hace sentir como si nunca le hubiera dado motivos para dudar de él (o de su cordura).
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Cuando entrega el arkenstone, un peso se desvanece del pecho de Bilbo, porque sabe que lo hace para proteger al (su) rey, pero otro aparece porque sabe que le está traicionando, que posiblemente Thorin no le vuelva a ver de la misma forma, y de solo pensarlo, le duele, pero aun así extiende sus manos, entregando la piedra. "es por su bien" se repite mentalmente.
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Cuando el rey de Erebor le exige a Bardo la arkenstone, al hobbit se le hace un nudo en la garganta, hasta el día de hoy no sabe de dónde saco el coraje para hablar.

En el momento en que Oakenshield ordena que le tiren y nadie reacciona, Bilbo cree por un momento en la posibilidad de que Thorin se calme y lo deje, pero cuando este lo toma t lo mantiene al borde de la muralla, se permite temblar de miedo, dirige su mirada hacia él, y lo que ve le deja sin aliento, ve a lo que solía ser Thorin Oakenshield.

Gandalf interviene, pero ya es muy tarde, Bilbo esta lastimado, no de la forma física, no, sino de la forma emocional, el pelinegro lo suelta, y antes de marcharse, Baggins le dirige una última mirada, sintiendo escozor en los ojos, para después seguir adelante.
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Bilbo siente que el mundo se le viene encima, que se está muriendo como Thorin lo está haciendo. Se obliga a no derrumbarse en ese momento, enfrente de el, pero no puede evitar soltar un par de lagrimas, sostiene su mano entre las suyas, y sonríe. Incluso con el rostro palideciendo, múltiples heridas y ojeras, Bilbo ve a Thorin como lo más hermoso de la creación.

Thorin II Oakenshield está muerto. Muerto. Que no volverá. Que no le sonreirá nunca más. Ni le hablara. Ni siquiera le gritara. A Baggins le toma un par de segundos procesarlo, pero cuando lo hace, toma su rostro entre sus manos y le besa todo el rostro. Y llora, vaya que llora. Le besa hasta que ambos rostros están empapados por su llanto. Lo abraza y desea estar muerto, porque solamente muerto, no estaría sintiendo esta agonía que le carcome por dentro. Desea no haber aceptado entrar a la compañía (y de paso maldice a Gandalf por escogerlo a el), desea haber huido después del incidente con los trasgos (como, irónicamente, Thorin dijo que había hecho) y finalmente desea no haberse enamorado del hijo de Thrain.
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Cuando Bilbo le da la espalda al castillo, dejando atrás a los enanos, siente un vacío por todo su ser, en otras circunstancias se hubiera quedado, pero ahora el solo hecho de pensar en quedarse le aterraba y el vacío crecía, porque ese lugar gritaba el nombre del hombre que amo, que ama y que amara hasta el fin de sus días.