Prologo

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Desde que recuerdo, sabía que no estaba sola.
Aunque en ningún momento pude dejar de tenerle miedo a la soledad, miedo a dejar de sentir eso que sin saber que es, me gusta y me hace sentir muy especial, dentro de lo que sólo yo se. Y con sólo eso me es suficiente para sentirme tan afortunada de tener esta compañía, Aún cuando las personas creen que estoy completamente sola yo se que el esta aquí junto a mi. Al ir pasando el tiempo y todas las experiencias que viví con el, he decidido colocarle el sobrenombre de Lili.
Siempre sentía como podía defenderme sin hacer siquiera un movimiento, vengarme sin mover ni un dedo y aunque no podía explicarlo, me gustaba esa idea de la cierta justicia que se aplicaba con quien me lastimaba.
Como también, en casos de estar físicamente sola, sentirme tan acompañada por que se que sola no estoy. Así fueron pasando una serie de sucesos que a diario me extrañaban y me la vez hacían  sentir extraña.
Suelen sucederme cosas que me llevan a pensar que él nunca me deja sola. Aunque suele asustarme, siempre se asegura de hacerme saber que está allí.
  Todo esto empezó desde hace mucho, cuando sólo era una niña y nadie solía entender mi relación con el, y si no la entendían mucho menos podían explicarme, por eso simplemente preferí intentar de ocultarlo a las personas, aunque en casos me era difícil. Más en casa cuando era tiempo de estar con el. Y mis padres, a quien nunca se los pude esconder sólo lo veían como cosas mías, nunca relacionándolo con nada fuera de lo normal de lo qué hace una niña. Hasta que al pasar el tiempo veían como mi relación con el se hacia cada vez más fuerte, como aún ya creciendo el seguía conmigo, como me pasaban cosas que hacían parecer que alguien me protegía. Hasta que con el paso de el tiempo se fueron dando cuenta de quien es el.

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