Soy Maggie Vergara, tengo 14 años y no le gusto a nadie. Es eso lo que hubiera dicho si me hubieran hecho presentarme en una clase al igual que cuando estábamos en primaria, hace dos años. Desde que mi mejor amiga Vania empezó a llevarme a fiestas, lo único que hice durante el tiempo ahí fue cubrirla en ciertas ocasiones, fingiendo ser ella cuando su mamá la llamaba y ella estaba ocupada besando a los más guapos de la escuela. Nunca antes me habían besado, pero tenía el presentimiento y la esperanza de que pronto ese día llegaría. Jake me decía siempre que tenía solo 14 años y no debía anticiparme, pues él no pensaba besar a ninguna chica de la que no esté enamorado; yo solo quería un beso, obviamente no de él, pero quería saber lo que era. Vania siempre me decía que la sensación era increíble, pero yo no me conformaba con lo que me decía, yo quería vivirlo. A veces me incomodaba el hecho de tener que ser la amiga invisible, la que jamás hubiera sido una opción para uno de los más guapos, me sentía fea, despreciada, no amada. Tenía 14 años y quería un beso, solo un beso para ser feliz, pero sabía también, que conseguirlo no sería algo facil.
Recuerdo bien el día de mi primer beso, fue exactamente tres meses después de esa fiesta a la que había ido y me había echado a llorar a los brazos de Jake quejándome de que para los hombres yo era invisible. Jake como todo buen amigo me decía que me olvide y que ese día pronto llegaría, y llegó. Resulta que le gustaba a un chico que era demasiado perfecto como para enamorarse de mí, me invito un día al cine y cuando estábamos ahí me susurró al oído si podía besarme, le dije que no sabía como besar y el dijo: "es como comer una manzana". "Ok" pensé, me gustan las manzanas. Y se acercó a mí, sentía su agitada respiración de muy cerca y tenía miedo de que le diera un ataque de asma. Cuando sus labios y los míos chocaron por primera vez, a la que casi le da asma fue a mí. Nunca me había sentido mejor, estaba muy emocionada, no podía parar de besarlo, era increíble. Claramente no recuerdo ni como se llamaba la película que fuimos a ver, pues no hubo ni un minuto desde el primer beso que nos dimos, que hayamos parado de hacerlo. Bueno, solo para respirar y comentar los besos. Al terminar la película, me preguntó si quería ser su enamorada, le dije que lo que había pasado en la sala de cine me había confirmado lo mucho que me gustaba y que sí, sería su enamorada.
Inmediatamente le mande un mensaje a Vania contándole y me respondió como solo Vania respondería: "ya era hora".
No detallaré cosas de mi relación con Michael, pero solo puedo decir que fue gracias a él que experimenté sentimientos nuevos y no precisamente amor. No me dolió mucho terminar con él, pero sentía que debía llenar su espacio con alguien.Jamás pensé que tendría que esperar casi dos años para mi próximo beso, el cual no fue ni con emoción, ni con amor, solo que alcohol en la sangre.
Fue con un chico que conocí una noche, cuando salí con Vania a una de las discotecas de su primo. Bailamos, me besó y lo conocí, en ese orden. Mientras bailabamos me apretaba hacia él, sentía que estabamos muy cerca, y me besó, fue un beso de los que nunca antes alguien me había dado y lo repetimos toda la noche. Me encantó, pero al conocerlo todo se derrumbó, era uno más del montón.Desde que termine con Michael, no me ha vuelto a gustar nadie, hasta hace dos meses, pero hubiera preferido infinitamente que ese sentimiento JAMAS hubiera aparecido de nuevo. Porque desde hace dos semanas que todo cambió, no he podido parar de llorar, por ese estúpido sentimiento.
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Never been loved
Teen FictionMaggie y Vania son inseparables, pero la llegada de un personaje importante puede cambiar todo...