Prologo.

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11 de Octubre de 2011, el suceso.

Marina tomó las cosas de manera brusca y las aventó dentro de la mochila, sin cuidado alguno.

Yo observaba cruzada de brazos, me dolía tanto ver como mis cosas eran maltratadas de esa manera.

Marina soltó una carcajada al mirar cómo mis ojos la fulminaban, molestarme era su costumbre.

Hoy iríamos a un día de campo en quién sabe donde sin siquiera haberme preguntado si podría ir o no, mejor dicho, ni siquiera me había enterado de ello; Marina había llegado sorpresivamente a mi casa como si nada, diciéndome que saldríamos a acampar.

Le había dicho que no iría pero ella sin dudarlo entró a mi habitación tomando cosas al azar y las metía dentro de la primera mochila que se cruzó en su vista.

Ni siquiera se tomaba el tiempo para fijarse que clase de tonterías metía dentro, solo tomaba y hundía.

-Porqué demonios no puedes preguntarme si puedo ir o no. -Seguí a Marina con la mirada, puesto qué se puso a mis espaldas colocando la mochila en mi hombro-

-Sé que te negarás, por lo qué debo estar precavida a tu rechazo -Levantó sus hombros, me miró de pies a cabeza en forma dudosa-

Creó que deberías ponerte unos converse, así te verías como una total mujer aventurera... Y peligrosa. -Soltó una leve risilla, le hice una mueca y ella tomó mi celular, dándomelo en la mano-

-Mira, dejame este día para manejarte y te juro que los próximos años de nuestra amistad JAMÁS lo volveré a hacer ¿Vale? -Ambas nos miramos fijamente, dudé, pero al final cedí-

-Vale. Primera y última vez. -La señaló con el dedo índice- Nada más que no intentes pasarte de inteligente.

Saque nuevamente las cosas que Marina había metido al azar, para acomodar realmente lo necesario.

Al finalizar tome mi mochila y ambas salimos de la habitación dirigiéndonos hasta la cocina, llegamos y ahí esta mi madre, cortando con un cuchillo un tomate.

-Má -Tome su hombro, ella me miro a ver con una media sonrisa, nuevamente siguió cortando la verdura-

-Querrás salir ¿O me equivoco? -Asentí con la cabeza- Cuando Marina llega como si nada es por algo. -Las tres reímos-

-Regreso hasta el Domingo, te lo prometo. -Mi madre suspiró exasperada-

-Ay Kiarah. Tal cuál a tu padre -Dejo de cortar el tomate para colocar una mano en la barra del lavabo y puso la otra en su cintura- Esta bien, andaté. Cuidate, que si me enteró que sufriste algún accidente, haré que quedes aun mas tiempo en el hospital. -Tomó el cuchillo, apuntándome con él-

-Si esta bien má, gracias. -Le di un abrazo, besé su mejilla colocando mis manos en sus hombros-

-Prometo cuidar a su hija, señora Douglas. -Golpeó mi hombro amistosamente- Aunque ella es capaz de perderse hasta en su propia casa. -Le di una palmada en su nuca-

-Mama soltó una pequeña risa y tomó una mano- Portate bien Kiarah.

Asentí soltando su mano, me acerqué a la puerta, dejando pasar a Marina, cerré la puerta diciendo "Te amo" a mama.
Ha decir verdad jamás me gusto dejar a mis padres solos, yo siempre fuí muy reservada por lo que siempre procure aprovechar cada momento con mi familia, no era ese tipo de chicas que iba de fiesta en fiesta alcoholizandose hasta salir con tres hijos de una sentada.

Delante de nosotros estaba la camioneta de Evan, novio de Marina, ahí estaba con una mano al volante y con la otra observando su teléfono, Aaron estaba en el asiento de copiloto con los pies extendidos sobre el tablero arrugando una hoja de papel, entre ellos dos estaba Cristian, escuchando la radio a toda volumen.

Clarity (Clark Kent//Superman)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora