Because it's fun (Axel Blaze y tú)

3

Abro los ojos muy lentamente. La cabeza me da vueltas y la vista no se me enfoca así que lo veo todo borroso. Intento moverme pero el cuerpo me duele. Estoy tumbada sobre una camilla de hospital.

Intento hablar pero en vez de palabras articulo un quejido ronco y débil que dudo que nadie halla podido escuchar.

Miro la habitación. A mi derecha tengo una mesilla con un jarrón lleno de flores y un baso de agua. Intento mover el brazo para leer la tarjeta que hay entre los pétalos de una rosa pero me pesa demasiado, como si alguien me lo estuviera agarrando. Me miro la mano frunciendo el ceño y mi expresión se relaja completamente al ver que Mark está dormido y babeandome el brazo. Es adorable a la vez que asqueroso. Conociéndole seguro que se ha pasado toda la noche aquí, esperando a que despertara.

–Mark... –susurro y le acaricio el pelo con ternura.

El suelta un quejido y se mueve liberando mi brazo.

Aprovecho y me levanto. Llevo una escayola en la pierna. Intento no pensar en que como no me recupere adecuadamente tal vez no pueda volver a jugar al fútbol nunca más.

–No pienses en eso –susurro para mi misma y me doy palmaditas en las mejillas para centrarme.

Sonrío y cojo la tarjeta que hay en las flores.

Para _______, nuestra delantera estrella:
Esperemos que te recuperes pronto. No podremos ganar sin ti. Te necesitamos.
Abracitos
El Raimon (y Axel)
PSD: Nathan y Steve mandan besitos porque te quieren más que el resto. (Esto no lo ha escrito Todd)

No puedo evitar soltar una risita al leerla. Guardo la tarjeta en mi bolsillo de la sudadera del Raimon, aún llevo la equipación puesta, y salgo de la habitación cojeando. No pienso en escapar; es solo que necesito moverme un poco y estirar las piernas (mejor dicho la pierna), y ya de paso encontrar a una enfermera y pedirle unas muletas porque ir saltando a la pata coja cansa más y me hace parecer retrasada.

• • •

Llevo cinco minutos dando vueltas y no voy a mentir: me he perdido. Me doy tortas mentales por no haberme fijado en el número de la habitación.

–¿_______? –pregunta una voz.

Me giro y veo a Axel delante de mi con un ramo de flores en la mano.

–Axel –saludo.

–¿Qué haces aquí? –pregunta con enfadado pero un poco de preocupación–. Deberías estar en tu habitación descansando. Dios, y si vas a salir utiliza las muletas. Sin ellas puedes caerte y hacerte daño. Además pareces un conejo dando saltos por ahí. ¿Es que no te da vergüenza?

Su ceño está fruncido y sus brazos cruzados. Parece mi madre regañandome. Hago un puchero y miro hacia el suelo.

–Lo siento... –murmuro.

Sé que es una reacción un poco infantil, rara y precipitada pero es lo primero que hago cuando me regaña mi madre, y como él me ha recordado tanto a ella supongo que me ha salido natural.

–No te oigo –dice él mirándome desafiante aún con los brazos cruzados sobre el pecho.

Dios, es el clon de mi madre. Aunque más joven. Y de sexo opuesto...Y más guapo... ¿¡Quien ha dicho eso!?